El Real Madrid comenzará este miércoles (17.30 horas/La1) su andadura en el Mundial de Clubes, competición que ha ganado en los dos últimos años y que se presenta como una tabla de salvación tras un año irregular del que espera sacar provecho un Kashima Antlers que ya fue una seria amenaza en 2016.

El conjunto japonés fue hace dos temporadas el rival en la final por el título y llegó a tener contra las cuerdas al equipo madridista, que se vio remontado tras el gol inicial de Benzema y que se tuvo que encontrar en la prórroga la llave para levantar el título finalmente por 4-2.

Aquella experiencia debe servir a los de Santiago Solari, por entonces mucho más entonados en la cita celebrada en Yokohama que en la actualidad. El campeón de Europa llega un tanto dubitativo y lejos de su mejor versión futbolística, la que necesitará para batir al campeón de Asia, confiado en volver a rendir de nuevo como hace dos años y en sacar partido de esa experiencia. Además, el 13 veces campeón de la Copa de Europa tampoco debe olvidar que su puesta en escena del año pasado ante el modesto Al Jazira no fue la mejor. El equipo emiratí alcanzó la recta final del partido empatado y sólo el gol de Bale en el tramo final decantó el pase para la final para los madridistas. Lo sucedido en la primera semifinal con River Plate es otro aviso para no salir contemplativo.

Santiago Solari peleará por su primer trofeo como primer técnico del Real Madrid en un Mundial de Clubes que no da demasiado margen para el error y en el que toda la presión es habitualmente para el representante de Europa, casi obligado, por prestigio y potencial, a llegar, al menos, a la final. Un tercer triunfo del Real Madrid sería lo 'normal' en el panorama mediático, mientras que cualquier otro resultado se tildaría de fracaso y aumentaría el enrarecimiento del ambiente para el 2019.

El técnico argentino llega a Abu Dabi con casi todas sus piezas disponibles y solamente Mariano Díaz entrenó en solitario en la previa del partido ante el equipo japonés por lo que parece que Carlos Casemiro y Nacho Fernández, ya están recuperados de sus respectivas lesiones de noviembre en Balaídos, aunque parece que ninguno será de la partida de inicio. También entrenaron con aparente normalidad Marco Asensio, que acabó 'tocado' el partido ante el Rayo Vallecano, y Gareth Bale, que se dañó el tobillo ante el CSKA, pero Solari podría no tomar riesgos de cara a elegir los acompañantes de Karim Benzema.

Un rival dinámico

Por su parte, el Kashima Antlers, que finalizó tercero de una liga que concluyó hace más de dos semanas, ya tiene un partido en sus piernas después de superar en los cuartos de final a las Chivas de Guadalajara por 3-2, remontando el tempranero tanto inicial del conjunto mexicano. El equipo japonés sufrió más en la primera mitad, pero en la segunda parte, ayudado por su empate, desarboló con su veloz y técnico fútbol tan típico del país.

"Somos conscientes de que el Real Madrid nos hará pagar caro el más mínimo despiste, es la lección que recibimos en la final de 2016 y no queremos que eso se repita", admitió Shoma Doi, uno de los supervivientes de hace dos años y una de las piezas claves del campeón asiático que tiene otros jugadores interesantes en los costados como el experto Endo y el joven Hiroki Abe, pero mermado en su ataque por la ausencia de su goleador Yuma Suzuki.

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