Hay victorias y victorias, pero la lograda por el Coruxo en el campo de O Vao tiene un sabor especial y proyecta un futuro prometedor, a falta de dos jornadas para la conclusión de la primera vuelta del campeonato.

Los tres puntos de ayer tienen un valor tremendamente importante. Primero por el hecho de lograrlos ante un equipo como el Real Madrid Castilla, tercer clasificado en el grupo y plagado de jugadores que en pocos años completarán las plantillas de Primera División. Segundo por haber logrado la victoria tras tener que remontar un gol adverso encajado a los cuatro minutos de juego; y, en tercer y último lugar, porque es un triunfo logrado con buen fútbol.

El partido comenzó con un conjunto merengue que apretaba y buscaba las bandas para llegar al área del Coruxo. Los vigueses, por su parte, estaban bien plantados sobre el terreno de juego, pero a los cuatro minutos una pérdida de balón en la salida permite a Cristo disparar con fuerza desde fuera del área. Alberto despeja el balón y, cuando se levanta para atraparlo, resbala y no llega a tiempo de evitar que Fidalgo adelantara a los madrileños en el marcador.

Los vigueses no cambiaron su forma de juego a pesar de verse por debajo en el electrónico. El Real Madrid Castilla esperaba a los vigueses en su parcela, tejiendo una tela de araña en el centro del campo que cortaba las líneas de pase, obligando a los jugadores del Coruxo a tocar y a tocar el balón buscando un hueco. Pero en el momento en el que el Coruxo lograba atravesar ese centro del campo conseguía llegar con cierta claridad al área defendida por Luca Zidane, que tres minutos más tarde tiene que emplearse a fondo para despejar una jugada que inicia Manu Justo y a la que no llega Antón, ayer ocupando posición en el centro del campo.

El partido no tardó en convertirse en un monólogo. El Coruxo recuperaba el balón y trataba de jugar al ataque, mientras que el Real Madrid Castilla esperaba a los vigueses y buscaba una contra para marcar un nuevo tanto y sentenciar el encuentro.

Los madrileños no arriesgaban, estaban cómodos con el desarrollo del encuentro y trataban de conducir el partido hacia su lado, mientras que el Coruxo llevaba peligro cada vez que se acercaba. Manu Justo y Juampa Barros, a la postre los héroes del encuentro por su goles, volvían locos a los defensores. Mediado el primer tiempo, Juampa se interna por la banda y su disparo al área pequeña no lo acierta a rematar nadie, mientras que cerca del final del primer tiempo es Manu Justo el que dispone de otra buena oportunidad que no logra aprovechar.

Tras el paso por el vestuario el Real Madrid Castilla continuó apostando por jugar de la misma manera, mientras que los vigueses dieron un paso al frente. Un planteamiento que le dio resultado a los seis minutos, cuando Juampa Barros se planta solo ante Luca y le mete el balón por arriba. Un tanto que suponía el empate y que era justo premio al juego desarrollado por ambos equipos.

El Coruxo estaba en pleno crecimiento. Los jugadores tocaban y tocaban el balón con criterio y diez minutos más tarde llegaba el segundo tanto, el de la remontada, al materializar una gran jugada por la banda izquierda. El conjunto vigués había hecho lo más complicado: remontar un marcador adverso.

Faltaba media hora para la conclusión y el Real Madrid Castilla puso toda la carne en el asador. La entrada de Dani Gómez le dio mucha más verticalidad al juego, mientras que Jacobo Montes incorporaba a Mateo Míguez en el centro del campo y reubicaba a Antón al lateral. Al final, en el medio de la oscuridad absoluta, el colegiado señalaba el final del encuentro certificando una meritoria victoria del conjunto de O Vao.