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atletismo

El gran salto de Olaia Becerril

La céltica competirá y cursará estudios en la Universidad de Nevada desde el próximo agosto

Olaia Becerril, durante una competición en Balaídos. // José Lores

El gran salto de Olaia Becerril imita en su génesis a tantos descubrimientos de estrellas. La viguesa acudió junto a su hermano Hugo a una entrevista en Madrid con miembros de AGN Sports, agencia que tiene entre sus tareas buscar becas universitarias americanas a deportistas prometedores. "Yo solo iba a escuchar. La reunión era más que nada para él, aunque acabó siendo para mí", recuerda. Hugo había comenzado a distanciarse de la práctica del tenis. Olaia se había involucrado con total intensidad en el atletismo. "En la agencia me preguntaron entonces si me atraía la posibilidad de estudiar en Estados Unidos y les dije que poder ir al extranjero me parecía genial", relata. Dos años después de aquella entrevista, Olaia acaba de comprometerse con la Universidad de Nevada. Estudiará un doble grado de marketing y relaciones públicas a la vez que compite con el equipo de atletismo. Se mudará en el próximo mes de agosto.

Olaia Becerril, en el tiempo transcurrido desde aquel primer giro del destino, ha superado diversos filtros a la vez que ha ido cuajando como una de las mayores promesas españolas en el salto de longitud. Lo prueba el título nacional juvenil que logró con un salto de 5,90 que constituye todavía su mejor registro personal. En los Juegos Olímpicos de la Juventud alcanzaría los 6,15 para conquistar la medalla de plata, pero con demasiado viento a favor. Estas dos gestas sucedieron en 2017, donde "todo salió redondo", según su entrenador, Alberto Salgado. En 2018, aunque "estaba para mejorar marca", no rindió a igual nivel en los certámenes. Pero el estancamiento, circunstancial, ha sido más acicate que freno en esta encrucijada vital que afronta.

Becerril ha sido céltica desde sus inicios. Durante los tres últimos años ha estado bajo la tutela de Salgado, que resume sus sentimientos: "Me duele que se vaya, pero controlo mi egoísmo. Es lo mejor para ella. Allí dispondrá de los medios y las facilidades que aquí no tiene". No es solo esa carestía material que obliga a estudiar con miedo la previsión meteorológica antes de cada entrenamiento en Balaídos. El sistema estadounidense le facilita compaginar deporte y estudios. Olaia cita como ejemplo: "Si tienes una competición importante, te cambian los éxamenes. Aquí te fastidias".

Lo sabe por lo que le han comentado y por experiencia de otras viguesas que la han precedido en la aventura americana, como Carmela Cardama, primero en Florida y luego en Oregón. "Carmela me ha dicho que la experiencia es increíble", revela Olaia, que residirá en Reno. La Universidad de Nevada, de entre todas las ofertas que recibió, le ofrecía las mejores condiciones.

Alberto Salgado seguirá en contacto con su discípula, más allá de los meses que aún tienen por delante, y pronostica: "Olaia va a mejorar la marca. Tiene futuro. Posee unas cualidades extraordinarias". A la viguesa no le asusta el reto personal: "Me encanta afrontar estas cosas sola". Tampoco el deportivo, aunque tendrá que competir casi cada fin de semana y le exigirán resultados: "Habrá que adaptarse. Cuando estoy en el entrenamiento no tengo que demostrar a nadie. En la competición sí tienes que demostrar que quieres estar ahí. Me crezco cuando estoy en el pasillo".

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