Alberto Loureiro, el chico dorado del boxeo y el full contact vigueses, un ángel exterminador entre las dieciséis cuerdas a sus 20 años, acumula experiencias vitales intensas en esta fase crucial de su carrera. El joven ha debutado como profesional en boxeo francés de manera exitosa: victoria por KO en el primer asalto y título de España. En el boxeo convencional tiene todavía reciente su aventura pentecostal en tierras mexicanas, a las órdenes de un entrenador de élite. "Las cosas no han podido ir mejor", resume.

Loureiro, de 20 años, Golden Boy como mote pugilístico, se está criando en el regazo de Simón González, el multicampeón mundial de full contact. A Simón, parapléjico a causa de un accidente doméstico desde 2014, le están grabando un documental biográfico. Fue por mediación de sus realizadores que surgió la posibilidad de viajar a México a adiestrarse con Nacho Beristáin.

Beristáin, miembro del Salón de la Fama del Boxeo, está considerado como uno de los mejores entrenadores de la historia. Ricardo López y Óscar de la Hoya se cuentan entre los que han sido sus discípulos en algún momento. Juan Manuel Márquez, quien noqueó a Pacquiao, ha sido su última gran estrella.

Loureiro se pasó las seis semanas finales del verano en el gimnasio de Beristáin en Ciudad de México. Pudo conocer de primera mano uno de los grandes viveros de eso que se conoce como "la raza", ese estilo agresivo y temerario que practican aztecas y chicanos. "Mi estilo es parecido al de los mexicanos", evalúa Loureiro. "He podido ver que no existe una gran diferencia de conocimientos entre ellos y nosotros. Pero allí sí que hay mucha más hambre de victoria. Nosotros estamos más acomodados. Para ellos el boxeo es una forma de vida, una pasión... Son disciplinados. Van a su trabajo y después a entrenar con total intensidad".

El olívico pudo presentarse en sociedad, aplicando lo que ya sabía y lo recién adquirido, durante su estancia en tierras americanas. En el antiguo D.F. participó en el Torneo José Suleimán, dirigido a amateurs. "Esos torneos son auténticas fiestas, a las que acude mucha gente", explica. "Las entradas son gratuitas y hay mariachis, carpas, un escenario...". Y también un cuadrilátero, sobre el que Loureiro ejecutó su danza. Se impuso en los dos combates que le tocaron contra boxeadores locales; en ambos a los puntos, pero con suficiente claridad como para que los jueces no dudasen. "Me presentaban como representante español y el público me abucheaba al principio, pero acabaron reconociendo mis actuaciones", agradece. También se desplazó a Manzanillo, una ciudad turística ubicada en la costa del Pacífico, y en ese combate ganó por KO.

El periplo mexicano, además de enriquecedor y curricular, le ha servido para establecer contactos, con vistas a un futuro regreso. Porque Loureiro entiende que el grueso de su trayectoria deberá sustanciarse en el boxeo. "Se trata de buscar una viabilidad", explica el vigués. De momento, sin embargo, seguirá alternando el combate de manos con el de manos y piernas, guiado siempre por los consejos de Simón González. Porque Loureiro también practica kick boxing, full contact, K1 y boxeo francés. Y es en esta última modalidad en la que acaba de realizar su debut como profesional.

Lo ha hecho a lo grande. Haber sido campeón mundial amateur de boxeo francés le había permitido entrar directamente en el ranking profesional como aspirante al título de campeón de España del peso semipesado. La cita era el pasado fin de semana, en el Fight Club de A Coruña, contra Gabriel López.

El santiagués, conocido como Metras, no tuvo la más mínima opción ante Loureiro. Apenas habían discurrido cuarenta segundos de pelea, con un intenso y equilibrado intercambio de golpes, cuando el santiagués encajó un derechazo de Loureiro que le hizo besar la lona. La segunda caída se produjo a raíz de un zurdazo. Loureiro no tuvo piedad y completó la tarea con un gran combinación, culminada con un golpe abierto de derecha que finiquitó a López. El combate no había alcanzado los dos minutos de duración. Un relámpago dorado. Loureiro celebró la conquista de su primer cinturón profesional con los brazos apuntando al cielo: "Para nada podíamos esperar una pelea así, aunque la preparación había sido muy dura, cuidando mucho la dieta".

El olívico ya planifica sus próximos pasos. Trabaja en el gimnasio de Simón, a la vez que cursa estudios en un ciclo superior relacionado con el deporte. La Federación Española de Full Contact lo ha reclamado en febrero. Ha fichado por la Liga de Boxeo de Euskadi. Con todo puede porque también su espíritu es de oro.