La sequía de victorias empieza a ser preocupante en el seno del Arosa. El duelo ante el Boiro se encaraba como muy necesario para recuperar la inercia más positiva, pero las sensaciones mostradas por el Arosa no fueron las mejores. Cierto es que ni el buen hacer defensivo del rival ni el estado del terreno de juego ayudaban a hilvanar fútbol, pero el resultado final dictamina que el Arosa continúa reduciendo su margen de error si no quiere perder de vista las cuatro primeras plazas.

La puesta en escena de los visitantes fue arrolladora ante un Arosa que no sabía por donde le daba el aire.