La presidenta del Sárdoma, Begoña Aldao, habló ayer por primera vez de este asunto que "le está haciendo daño a la imagen del club" y que no era justo con su historia y trabajo. La dirigente responsabiliza a los padres de las tres jugadoras de lo sucedido y no comprende que hayan complicado un proceso que "se hubiese solucionado con una simple conversación".

Según la presidenta del conjunto vigués, las chicas concluyeron la temporada con el Sárdoma y a partir de ese momento "no tuvimos ninguna noticia de ellas. Sabíamos que ya estaban entrenando con otro equipo, algo que la Federación les impide, y esperamos. Pasaron los días y nadie se acercó para comunicar nada. Tenían hasta el 31 de julio para solicitar la baja y ese día, a las once de la noche, renovamos la ficha tras no saber nada de ellas. Esperamos precisamente hasta el último momento para darles esa oportunidad".

Aldao insiste en que "nosotros no tenemos ningún problema para darle la baja. Lo hacemos todos los años con muchos niños y niñas que nos lo solicitan por cualquier cuestión. Y en otros casos somos nosotros los que encontramos jugadores con unas cualidades y les buscamos un club que puede darles algo a lo que nosotros no llegamos. Pero este caso es diferente. Nadie vino a hablar con nosotros y de repente nos encontramos con este jaleo, con que nos mandan un burofax, presentan una denuncia y lo airean en la prensa. El Sárdoma se merece un respeto. Hay un procedimiento para hacer las cosas, para dar determinados pasos y aquí se ha ido por un camino muy diferente".

La dirigente insiste en que desconocer el proceso que lleva a la renovación de una ficha no exime de su cumplimiento y que "si no querían hablar con nosotros, podían haber recurrido a la Federación Gallega para enterarse de cómo debían hacer y qué pasos tenían que dar. Esto no lo hemos inventado nosotros, son las normas por las que se rige todo el fútbol".

Aldao dice no tener claro el siguiente paso, si van a recurrir la resolución favorable a Sara o si van a dejarlo pasar. "Vamos a pensarlo", asegura, mientras repite una vez y otra vez su máxima: "Las cosas se hacen de otro modo. El Sárdoma se merece un respeto".