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balonmano - Copa EHF

Una pasión sin fronteras

El guardés Vicente Eiras fue el único aficionado del Mecalia que acompañó al equipo hasta Krasnodar en el partido de ida de la ronda 3 de la EHF ante el Kuban

Vicente Eiras, con el entrenador del Kuban, Yevgeni Trefilov. // FdV

En la expedición del Mecalia Guardés que viajó hasta Rusia para disputar el partido de ida de la ronda 3 de la Copa EHF ante el potente Kuban había un pasajero muy especial. Se trata de Vicente Eiras, integrante de la peña O Inferno Da Sangriña, que acompañó al equipo en su odisea hasta Rusia en un viaje de ida que duró 43 horas.

Cancelaciones de vuelos, cambios de aeropuerto, una noche de espera por otro avión... Todo "ha valido la pena", sobre todo tras el inesperado triunfo de las pupilas de José Ignacio Prades en Krasnodar, apunta Eiras, con voz cansada, ya de regreso en Madrid, antes de afrontar las últimas horas de su viaje hasta A Guarda.

Este ha sido el viaje más importante que Vicente Eiras ha realizado con el equipo, aunque ya había ido a Málaga a ver la Copa de la Reina y algún encuentro de la Liga Guerreras Iberdrola. En cuanto supo el destino de las guardesas en esta ronda de la competición continental no se lo pensó. "Al principio iba a ir acompañado de mi mujer", apunta. "Pero tenía el pasaporte caducado y no pudo acompañarme", apunta, al tiempo que indica que "fue ella la que me animó a ir aunque ella no pudiera venir conmigo".

Y allá se fue, con su bufanda, su camiseta, su bandera y su pasión por unos colores que crece con cada gesta de un equipo empeñado en hacer historia en cada reto que afronta. "Esto es algo que hay que hacer al menos una vez", dice en relación a su aventura rusa. También agradece las facilidades que le ha dado el club para formar parte de la expedición y ser tratado como uno más en este desplazamiento. "Tengo que agradecerle al presidente, José Manuel Silva, porque todo han sido facilidades por parte del club en este viaje", afirma.

Compartió horas de espera en el aeropuerto, vivió en primera persona los nervios, el temor, la ilusión, la euforia y el cansancio de una plantilla que aún está asimilando lo que ha sido capaz de hacer en Rusia. "Temíamos todos que el viaje pasara factura. Además el rival era el que era, el Kuban, un club potente, con varias secciones de otros deportes", recalca. Y pese a todo, se han traído una victoria por la mínima que tendrán que defender en A Sangriña. "Ahí vamos a darlo todo", anuncia. En la vuelta ya no estará solo, cientos de gargantas acompañarán a la suya, que el domingo animó en soledad. La acogida de la grada rival fue "perfecta". "Me vinieron a saludar e incluso me hice una foto con ellos", dice Eiras, que también se atrevió a fotografiarse con el entrenador ruso Trefilov, del que destaca su carácter impertérrito.

Más apoyos

Tras esta odisea y la experiencia que ha vivido junto a la plantilla, Eiras espera que algún patrocinador pueda ayudar al Mecalia para que no tenga que vivir desplazamientos así y para que no se vea obligado a renunciar a Europa el año que viene, si consigue la clasificación, por culpa de la falta de presupuesto. "Yo creo que hay muchas empresas que podrían hacerle un poco más de caso al deporte femenino", dice.

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