Suso Morlán murió en Lagoa Santa, ciudad donde los palistas brasileños se encontraban concentrados. Su esposa, Tania Ospina, con la que tenía una hija llamada Sofía, se ha trasladado desde Colombia para la incineración del pontevedrés. Las cenizas serán llevadas al país de origen de su esposa, como era el deseo del entrenador.

El COB ha decretado luto oficial durante tres días y su bandera ondeará a media hasta en memoria de Morlán.