El palista gallego David Cal ha desvelado hoy que el fallecimiento del técnico Suso Morlán, con el que entrenó desde los 15 a los 32 años y logró las cinco medallas olímpicas que le convierten en el deportista español más laureado, le deja un sentimiento de "tristeza", y ha precisado: "Todos mis éxitos deportivos van ligados a él".

"Me quedo con su imagen sujetando en la mano el cuentapaladas y con la bandolera que siempre llevaba colgada para guardar la libreta en la que anotaba cada detalle", ha recordado Cal al referirse a Morlán, de 52 años, que murió ayer en Belo Horizonte (Brasil) donde trabajaba como entrenador del equipo nacional brasileño, víctima de un tumor cerebral diagnosticado en noviembre de 2016.

Cal, incorporado tras su retirada como técnico deportivo de la UCAM de Murcia, ha dicho que Morlán, con el que existía un "distanciamiento" en los últimos años, forma "parte importante" de su trayectoria deportiva, en la que destacan las cinco medallas olímpicas logradas en C1: oro en 1.000 metros en Atenas 2004 y cinco platas en Atenas (500 metros), Pekín (1.000 y 500 metros) y Londres (1.000 metros).

El piragüista pontevedrés conoció el fallecimiento de Morlán a través de un mensaje enviado por el canoista brasileño Isaquías Queiroz, el triple medallista olímpico al que entrenaba actualmente el técnico gallego. "Isaquías y yo tenemos buena relación desde que ambos entrenamos juntos en Brasil en el año 2013. Me escribió ayer para comunicarme que Suso había fallecido, más tarde el presidente de la Federación Española de Piragüismo, Juan José Román Mangas, también me trasladó la triste noticia".

"En este momento recuerdo de manera especial lo mejor de nuestra relación. Yo era un niño cuando empecé a trabajar con él. En 1997, en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva (CGTD), formaba parte de un grupo de unos 30 jóvenes de entre 14 y 16 años, que luego se fue reduciendo. En 2001 yo me fui al equipo nacional, en el que no conseguí adaptarme, y al año siguiente regresé a Pontevedra decidido a abandonar el piragüismo. Llevaba una semana sin entrenar cuando se personaron en mi casa el entonces presidente de la Federación Española, Santiago Sanmamed y Suso Morlán. Yo no quería volver al equipo nacional porque no estaba a gusto y no rendía, ellos me dieron la opción de entrenar en Pontevedra de nuevo con Suso, y acepté", ha rememorado.

Cal revive ahora los instantes de la primera etapa de trabajo conjunto con Morlán, quizás la "menos conocida" pero que fue "muy intensa", marcada por su asistencia con 17 años como reserva a los JJOO de Sidney 2000; la actuación en 2001 en la Copa del Mundo en Sevilla en la que quedó tercero en C1 200 metros, cuarto en 500 y 5 en 1.000, y el séptimo puesto en C1 1.000 en la Copa del Mundo 2003 que le abrió la clasificación al Mundial de ese año, en el que los 6 primeros obtenían el pase olímpico para Atenas, logrando él la medalla de plata y asegurándose el pase a sus segundos Juegos,, aunque su primera participación de la que regresó como campeón y subcampeón olímpico.

"Lo que vino después, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012 es lo que la gente ya conoce, fueron momentos inolvidables que forman parte de la historia del deporte español, y me siento muy orgulloso de que Suso Morlán y yo hayamos podido contribuir para hacerla más grande", ha concluido.