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Baño y masaje antes de viajar a Vigo

Un inspirado Benzema abre el camino del cómodo triunfo del Madrid, que pudo dosificarse

Carga hombro con hombro de Casemiro y Reznicek en busca del balón. // Filip Singer

Apesadumbrado en la Liga, el Real Madrid aprovechó la visita checa para darse un baño y masaje europeo antes de viajar a Balaídos. Destapó Karin Benzema el frasco de su mejor esencia y a partir de ahí fue coser y cantar para los blancos. Los goles llegaron en cascada, sofocando el vigoroso arranque del Viktoria Plzen. Se libró por poco Courtois del fuego amigo de Nacho, que estampó el balón en el larguero, y la máquina blanca empezó a funcionar. Kroos gobernó el centro del campo y, tras veinte minutos de incertidumbre, Benzema decantó la balanza. Y de qué manera.

De repente, como por arte de magia, los delanteros madridistas ven puerta con una facilidad pasmosa, mientras los intentos de los rivales mueren en el segundo anfiteatro, en los guantes de Courtois o en algún poste de su portería. Con los goles llega la confianza, o viceversa, y el Madrid de Solari va tirando a la espera de pruebas más exigentes que el Melilla, el Valladolid o el Viktoria Plzen. Balaídos, el próximo domingo, puede servir de referencia para saber si el Madrid está de vuelta o sólo ha aprovechado un guiño del calendario.

Mientras tanto, Solari deja su sello. Acabó con el debate de la portería de un plumazo. A partir de este momento, Keylor Navas ya sabe que es el portero de la Copa del Rey. Lopetegui lo había dejado para los torneos de eliminatorias y el técnico argentino también le quitó la "Champions". La presencia de otros ilustre en el banquillo, como Modric, Isco y Marco Asensio, pareció responder más a las rotaciones de teóricos titulares y la oportunidad para jugadores como Lucas Vázquez y Ceballos, que vivieron tiempos mejores.

El caso es que las dudas se acabaron de un plumazo. A la maravilla de Benzema, que con un golpe de cintura dejó de piedra a toda la defensa checa, siguió una ración de estrategia en el balón parado. Dos minutos después, Casemiro cabeceó un saque de esquina teledirigido de Kroos, que tiró de repertorio en el 36: sacó en corto para Ceballos, que puso el balón en el segundo palo, donde Bale tocó para que Benzema pusiera el 0-3. En plena borrachera, con el rival KO, fue el francés el que peinó un centro de Reguilón para que Bale se sumara a la fiesta.

Con 0-4, Solari empezó a pensar en el futuro inmediato. Sobre la hora de juego mandó un mensaje inequívoco con las sustituciones de Sergio Ramos y Benzema. El tramo final quedó para el lucimiento de meritorios como Odriozola, Reguilón y los recién incorporados Javi Sánchez y Vinicius. El partido, con el Viktoria abierto y cansado, se puso a pedir de boca del brasileño, que tuvo varias llegadas propicias para marcar o asistir. Sólo se consumó una gracias a la calidad de Kroos, que picó con calidad el balón sobre el portero. Poco después se fue al banquillo. Buen trabajo.

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