Y a la novena jornada resucitó y lo hizo de la mano de Michel Alonso en el banquillo. El primer gol del Rápido de Bouzas esta temporada sirvió para que los gualdinegros sumaran la primera victoria de la temporada. Son tres puntos vitales porque los vigueses demuestran que están vivos y de paso suman ante un rival directo como el Salamanca, que también está en puestos de descenso. Inmejorable el debut en el banquillo de Michel Alonso que ha sustituido esta semana a Jorge Otero.

El partido empezó con un Rápido a la expectativa y un Salamanca también muy acuciado que salió dispuesto a marcar pronto el primer gol. Así, la primera aproximación de peligro correspondió a los locales con un disparo de Owusu. El partido se paró tres minutos después por la lesión de Vivi, que supuso su sustitución por Junior. Este cambio lo acusaría, y mucho el conjunto local.Esta jugada hizo que el Rápido entrara en el partido, su juego mejoró y llegó por primera vez al área al filo del cuarto de hora con un córner botado con peligro que se marchó rozando el palo. El partido estaba equilibrado pero eran más las llegadas de los locales. Los últimos cinco minutos de la primera parte fueron de los vigueses porque, con más confianza que en partidos anteriores, dieron un paso adelante, tiraron líneas hacia el campo rival, lo que les permitió generar dos buenas situaciones de peligro. En el minuto 42 Pablo Antas se sacó un disparo que se marchó rozando el poste y a un minuto del final llegó lo que todos los aficionados del Bouzas estaban deseando: el primer gol de la temporada. Hizo los honores Pablo Antas, que recibió solo dentro del área y batió a Sotres con un disparo ajustado al palo izquierdo del portero.

Tras el paso por vestuarios, el Salamanca salió dispuesto a empatar la contienda, pero el Rápido juntó muy bien las líneas de la defensa y del centro del campo y con diez guerreros en el césped de El Helmántico estaba dispuesto a defender con uñas y dientes la ventaja en el marcador, algo que desconocía esta temporada. Los gualdinegros se replegaron pero defendieron con orden. Hasta los seis minutos de la reanudación no llegaron con peligro (escaso) los charros, con un centro chut de Iván Calero que atrapó sin apuros Brais. El partido estaba donde quería Michel Alonso. Los minutos pasaban, los locales no creaban peligro, se angustiaban cada vez más y se imponía la sensación de impotencia. El caldo de cultivo ideal para que los vigueses mantuvieran sin agobios la renta. Antonio Calderón movió el banquillo con el objetivo de agitar el equipo y lo consiguió a medias. En dos minutos generó dos llegadas, un tiro de Pablo González que detuvo Brais y un disparo de Manu Molina que se marchó alto. Pero los locales no tenían continuidad y hasta diez minutos del final no volvieron a disparar a puerta, un chut de Armando que se marchó fuera. Michel Alonso acabó de enfriar el partido con los cambios y no permitiendo que el partido tuviera continuidad. Así, la última ocasión de los locales para empatar la tuvo Héctor pero Brais atrapó sin problemas. En esta segunda parte el Rápido tuvo el oficio y la solidez defensiva que no había tenido lejos del Baltasar Pujales y sacó el máximo rendimiento a su gol.

Con este resultado, el Rápido recibe respiración asistida aunque su situación sigue siendo desesperada y mete en graves problemas al Salamanca al que su afición despidió al grito de "fuera, fuera". Con todo, Michel Alonso ha hecho creer con su debut que el milagro de la salvación es posible.