La mejor carrera de la temporada, la más emocionante, la más competida, no pudo decidir el quinto título a favor de Lewis Hamilton. Y eso que el británico parecía tenerlo todo asegurado cuando en la primera vuelta Vettel se liaba en una lucha absurda con Ricciardo y el de Ferrari lo pagaba con un trompo que le enviaba a la decimotercera plaza del grupo. Pero reaccionó Vettel y a Hamilton le salieron dos rivales de un nivel ayer extraordinario: Kimi Raikkonen, magistral toda la carrera, especialmente en su empuje en la arrancada y en el mantenimiento final de los neumáticos, y Max Verstappen, el genio volador. El finlandés logró la victoria cerrando un paréntesis de 115 carreras y cinco años y siete meses sin subir a lo más alto del cajón (marzo de 2013, en Australia) y el holandés finalizaba segundo tras ganar 16 plazas desde la decimoctava en que tomó la salida. Fernando Alonso abandonó y Carlos Sainz quedó séptimo.

El Mundial sigue, pues, vivo, aunque no parece que la emoción vaya a prolongarse mucho más: a Hamilton le vale una séptima plaza el próximo domingo en el GP de México para sumar una quinta corona que le iguale a Fangio y le sitúe a dos títulos de Michael Schumacher.

La primera vuelta al circuito de Austin ya apuntó los nervios que iban a vivirse a lo largo de toda la carrera. Raikkonen, con ultrablandos, arrebataba en la arrancada el liderato a Hamilton mientras Vettel, que salía quinto, quería ganar el tiempo perdido donde no era posible. Se enzarzó en una lucha absurda con Ricciardo y salió el peor parado. Su Ferrari y el Red Bull se tocan rueda con rueda y el alemán realiza un trompo que le hunde hasta la decimotercera plaza.

Antes incluso de ese incidente hubo otros dos: Grosjean se topó con Lecrec y Stroll, de nuevo Stroll, como hace quince días en Japón, empujaba a Fernando Alonso. Esta vez no sólo le sacó de la pista, sino que dejó inservible un McLaren ya de por sí servible para muy poco. "No se puede correr con estos pilotos", se quejaba el bicampeón. Pero a Stroll las críticas y las posibles reprimendas de los jueces no le inquietan. Su padre, Lawrence, se ha convertido en el principal accionista de Force India.

Superados por Raikkonen en la salida, Mercedes se jugó la baza de un cambio de estrategia. Aprovecharon en el garaje de las flechas de plata el abandono de Ricciardo en la décima vuelta de las 56 a las que estaba programada la carrera para adelantar el primer cambio de neumáticos. Hamilton sólo cedía en la operación la segunda plaza a su compañero Bottas y éste no tardaba en apartarse para favorecer los planes del británico. Pero entonces se encontró con un Raikkonen superlativo; el mejor con mucho de la temporada.

A cinco vueltas del final la renta de Kimi sobre Hamilton en de dos segundos, con Verstappen entre ambos. Hamilton, si Vettel era quinto, necesitaba ser segundo para asegurarse el título y por unos instantes lo fue. Curva por dentro, curva por fuera, en la vuelta 54 logra sacar el morro de su Mercedes por delante del Red Bull de Verstappen, pero lo hace por la parte sucia de la curva y se da un paseo fuera de la pista que aborta su intentona, mientras esa misma pelea otorga un respiro a un Raikkonen magnífico en el cuidado de los neumáticos y que lograba finalmente su 21.ª victoria nada menos que 67 meses y 115 carreras después de su anterior triunfo en Australia'2013, lo que significa un nuevo récord en el historial del campeonato. Y prácticamente al mismo tiempo que Hamilton fracasaba en su intento de superar a Verstappen conseguía Vettel ganar la cuarta plaza a Bottas. El alemán, así, estira la emoción del campeonato aunque los números están claramente a favor de Hamilton. Quedan tres carreras aún por disputarse (México, Brasil y Abu Dhabi) y al inglés le vale ya una séptima plaza el domingo en la capital azteca (6 puntos) para sumar esa quinta corona.