La temporada de caza comienza mañana en Galicia. 45.000 cazadores con licencia se lanzarán a los tecores de la comunidad con el conejo y la perdiz como principales objetivos. "Esperemos tener un día tranquilo y que salgamos al monte a disfrutar de la naturaleza, pasando un buen día en compañía de amigos y compañeros", desea el presidente de la Federación Gallega, Javier Nogueira.

En realidad, las fechas de veda y apertura son muy diversas en función de piezas y zonas. Ciervos, corzos o jabalíes tienen sus propias especificaciones. "La caza mayor ya se abrió antes pero en Galicia es testimonial desde hace varias décadas", explica Nogueira. "Por tradición se considera el inicio de la temporada cuando se abre la caza menor". Una tradición que fija el inicio en el tercer domingo de octubre. En cuando al final, se establece como día de referencia el 6 de enero, aunque podrá prolongarse hasta el 10 de febrero en becada y agachadiza. La liebre puede capturarse hasta el 25 de noviembre en terrenos de régimen cinegético especial y el zorro tiene un reglamento propio de batidas. Los días hábiles de caza serán jueves, domingos y festivos, con excepciones según la especie.

"Calculo que la mayoría de los 45.000 cazadores gallegos saldrán al monte este domingo", anticipa Nogueira. "Es un día especial, el que estamos esperando todo el año, y el tiempo va a acompañar". Confía además en un estreno menos accidentado que en 2017, cuando la apertura de la temporada coincidió con la ola de incendios.

En cuanto a la situación de las especies favoritas, el presidente de la Federación Gallega explica: "No se puede decir que se espere igual temporada en todos los tecores de Galicia, ni siquiera en todos los tecores de cada comarca. Dependerá de cómo nos haya ido con las repoblaciones". La pieza reina será una vez más el conejo, por delante de la perdiz, y con el faisán como objetivo atractivo en zonas repobladas de la costa. "Son las piezas más habituales sin descartar alguna torcaz y más adelante una pieza que se caza con mucha pasión en Galicia que es la becada o la arcea".

El conejo sufre en Galicia desde hace tiempo el acoso de la mixomatosis y la enfermedad vírica hemorrágica. Una plaga sin contornos geográficos definidos -"hace presencia en tipo mancha de aceite"- y que "merma notablemente las poblaciones. Es muy difícil combatir esas enfermedades. Manipular los conejos para vacunarlos no resulta sencillo y la efectividad de la vacuna en campo no es la deseada; en granja es otra cosa. La incidencia es desigual según los tecores", argumenta el mandatario federativo.

En cuanto al estado de salud del sector, Nogueira celebra que el descenso en el número de licencias, agudo durante una década, se haya ralentizado en los dos últimos años. Una caída que tiene una expliación sociodemográfica: "La caza, que es una actividad que se realiza básicamente en el rural gallego, nota su pérdida de población. Desde la distancia de la ciudad es más difícil aficionarse".

El dirigente, natural de Moscoso, reflexiona también sobre la consideración social del cazador y la polémica constante con los colectivos animalistas: "Cada vez cala más en la sociedad la imagen del cazador del siglo XXI, que cuida la naturaleza, que la gestiona y aprovecha de la forma adecuada. Hay que comunicárselo a todo el mundo y esa lucha sigue. Es una asignatura pendiente trasladar a la sociedad la necesidad que tiene el propio ecosistema de la caza como gestión medioambiental. Debemos incidir en eso. El cazador ha evolucionado. La gestión actual de las sociedades de caza no se parece en nada a la de hace treinta años, todos los tecores de Galicia deben tener un plan de aprovechamiento, un plan de ordenación, y deben cumplir con los cupos. Es una caza reglada y sostenible. Se caza el excedente y a nadie se le ocurre realizar una caza sin control. Se evoluciona en ese sentido, hay que trasladarlo a la sociedad".