Una jugada a balón parado le valió al Coruxo para salvar un punto cuando todo estaba poco menos que perdido. Fue el momento de gloria de un central debutante esta temporada, Lucas Puime, que acertó a rematar el saque de esquina a siete minutos para el final.

No fue un buen partido de los de Jacobo Montes. El técnico volvió a confiar en Guille para la banda derecha, y la ausencia de Crespo le dio a Lucas Puime la oportunidad de jugar en su puesto habitual, el centro de la defensa. Por delante colocó a Mateo, más pegado a la banda derecha, pero terminó por moverse de un lado hacia el otro al no encontrar huecos por los que crear su juego.

Sin embargo los problemas se incrementaron con la lesión de Guille a los trece minutos de juego. Montes tuvo que echar mano de un debutante, Nacho Lorenzo, que resolvió la papeleta con muy buena nota, dando muestras de que se presenta como una buena opción de futuro.

Los charros buscaron desde el primer instante la portería viguesa. Dos disparos lejanos de Owusu y Pablo García eran un primer aviso del peligro, pero de una manera u otra los vigueses lograban sacudirse el peligro y evitar que los salmantinos se adelantaran en el marcador.

A los vigueses les costaba salir con el balón jugado, y cada vez que los conseguían se encontraban con una defensa bien organizada que no dejaba huecos. Silva se desesperaba en punta, ya que los charros no se cortaban a la hora de evitar que el de Tomiño controlara el balón. Un Silva que logró marcar pasada la media hora de juego, pero el auxiliar anuló la jugada al indicar un fuera de juego muy justo. Alberto fue el protagonista de la mejor ocasión del cuadro charro. Transcurría la mitad del periodo, cuando Fer Ruiz y Héctor disparan con potencia, por dos veces dentro del área viguesa, despejando Alberto en ambos lances con mucho acierto.

El Coruxo despertó en la recta final del primer plazo. El Salamanca había perdido fuelle y no era capaz de mantener la presión de los primeros minutos, aunque ese teórico control no se tradujo en ocasiones de peligro y, por supuesto, en goles.

Tras el paso por el vestuario, la situación repitió el guion de los primeros minutos de juego. El Salamanca presionaba y Pablo García y Héctor disponían de otras dos buenas ocasiones, pero Alberto conseguía atajar el peligro sin demasiados apuros.

Con la entrada de Manu Molina en el terreno de juego, el Salamanca cambia el dibujo táctico colocando a dos hombres en punta para buscar el tanto. Una situación que dejó más huecos en la defensa visitante, que a punto estuvieron de aprovechar Silva y Antón con dos disparos desde lejos que salieron fuera poco. El partido estaba más animado y el Coruxo ya no tenía los problemas del primer tiempo, pero en el minuto setenta y tres llegó el mazazo. El cuadro salmantino saca una falta desde el vértice del área, y Pablo García, libre de marca, remata solo sin que Alberto Domínguez pudiera hacer nada por evitar el primer tanto de la matinal.

Jacobo Montes refrescó las bandas con las entradas de Pitu y Manu Justo. El equipo dio un paso al frente, y diez minutos más tarde logra el tanto de la igualada. Fue también una jugada a balón parado, en la que un saque de esquina es rematado por Lucas Puime para establecer el empate.

Un tanto que le dio alas a los vigueses, que se fueron arriba para buscar el tanto de la victoria. La presión y el dominio fue total, pero faltó el gol que le diera los tres puntos. Los minutos fueron pasando y a medida que se acercaba el final del encuentro los dos equipos dieron por bueno un resultado que a los vigueses les sirve para mantenerse fuera del peligro y a los salmantinos para seguir en la lucha.