El Celta se mantiene en lo alto de la clasificación del grupo juvenil después de imponerse ayer en el derbi de la mancomunidad al Val Miñor, que aguantó media hora.

Sin embargo, el comienzo del encuentro fue muy diferente a lo que dice el marcador final. El Val Miñor estuvo serio, bien ordenado en defensa, y el encuentro se presentaba equilibrado.

Pero la mala suerte se apoderó de los de Nigrán, que a los veinte minutos se marcaban un gol en propia portería. Fue un jarro de agua fría que los dejó muy tocados, con unos siguientes minutos en los que no eran capaces de centrarse.

Esa falta de concentración les pasó factura a la media hora de juego, cuando Zinedine marcó dos goles en dos minutos, con lo que dejó el encuentro visto para sentencia.

La segunda parte no tuvo historia, ya que el encuentro estaba totalmente resuelto y los célticos se limitaron a administrar su ventaja sin dejar que los de Nigrán opusieran resistencia, marcando el último tanto cerca del final.