Al Arosa de Rafa Sáez no le gustan los correcalles. En eso se convirtió una segunda mitad en la que el Alondras se mostró más cómodo pese a las numerosas ocasiones que crearon los arlequinados, sobre todo la última, en el decuento, en un disparo de Mauri desde el punto de penalti que acabó siendo repelido tras tocar en los dos palos. El desgaste físico que planteó el Alondras en el centro del campo acabó por provocar que se le apagasen las ideas a los locales y que el encuentro se decantase del lado visitante.

Todavía no habían transcurrido dos minutos cuando el Arosa ya había gozado de un par de oportunidades. Esa salida fulgurante no desconcertó al Alondras y la lucha en el centro del campo se volvió titánica hasta que el Arosa hilvanó una preciosa jugada que nació en un pase en profundidad hacia Sylla, que aguantó el balón y centró muy pasado, pero allí estaba Javi Otero para devolver el balón al centro del área, donde Luis García la dejó pasar entre sus piernas para que Chiqui batiese con tranquilidad a Martín. Era el minuto 15 y el Arosa pudo ampliar su ventaja tan solo tres minutos después en una contra en la que el centro de Luis García fue despejado por un rival antes de que Julio Rey rematase.

La velocidad y el dinamismo arlequinado hacían que el Alondras se encontrase incómodo, pero en el minuto 21 gozó de un remate a bocajarro de Pardavila al que Manu Táboas sacó una mano imposible. Los cangueses apenas gozaron de opciones claras ya que la defensa y Manu Táboas desbarataban todas sus acciones, hasta que llegó el minuto 43 y una falta al borde del área la puso Yahvé en la escuadra de Manu Táboas ante la estirada inútil del meta arlequinado.

La reanudación apenas cambió el escenario, pero en el minuto 50, una pérdida de balón en la salida, permitió al Alondras montar la contra, con Pardavila centrando para que Jonás fusilase a Manu Táboas sin oposición. Era el 1-2 y el tanto fue un duro golpe para el Arosa.

Rafa Sáez decidió refrescar al equipo en ataque y puso en liza a Mauri. El Arosa dominaba el partido tras el paso atrás del Alondras. Ese dominio acabó encontrando premio en una buena jugada de Sylla, cuyo primer centro fue rechazado por las piernas de la defensa visitante. No así el segundo que cayó a los pies de Luis García que fusiló a Nucho. Era el empate y el partido se convirtió en un correcalles y el gol acabó cayendo del lado visitante en un centro desde la izquierda que paró Champi con el pecho antes de fusilar a Manu Táboas en su desesperada salida.