Fernando Alonso vio ayer cómo la alegría se tornaba en amargura. El asturiano creía haber recibido el mejor regalo de despedida tras el anuncio de su adiós a la Fórmula 1 al final de la presente temporada con una nueva victoria, la tercera en tres carreras disputadas, en el Mundial de Resistencia con Toyota. Las seis horas de Silverstone (Reino Unido) eran, tras las de Spa-Francochamps (Bélgica) y las 24 horas de Le Mans (Francia), el tercer Gran Premio que ganaba este año en este campeonato, no cediendo ante la presión que ejercen sus compañeros con el otro coche de Toyota. Sin embargo, los dos bólidos de la marca japonesa quedaron descalificados horas después del final de la prueba a causa de ciertas irregularidades técnicas.

La marca japonesa había demostrando que no tiene rival, ya que el coche compañero de Alonso había quedado segundo en todas las pruebas. El trío formado por el propio Alonso, el suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima tuvo que sudar más que en el resto de carreras para batir a sus compañeros; el británico Mike Conway, el japonés Kamui Kobayashi y el argentino José María "Pechito" López. El momento crucial fue cuando ambos bólidos hicieron su última parada en "boxes" a falta de una hora de carrera. Mientras que en la de Buemi solo cambiaron ruedas y repostaron gasolina, en la del piloto nipón tuvieron que cambiar la parte trasera del coche, perdiendo un tiempo valioso.

"Todo huele a champán y me gusta", declaró Alonso durante las celebraciones. Pero ese olor adquirió otro aroma cuando se supo que los dos Toyota quedaban descalificados por una irregularidad en el fondo plano de sus prototipos. El beneficiado fue el Rebellion de Menezes, Beche y Laurent. Su victoria es provisional, a la espera de que Toyota presente una reclamación. La formación japonesa asegura que ambos coches tenían desperfectos por los accidentes y eventos de la carrera, pero los comisarios fueron inflexibles .

La próxima cita del Mundial de Resistencia será en Fuji (Japón) el 14 de octubre, con Toyota compitiendo en su pais de origen y en un circuito donde Alonso ya ganó en 2008. Eso sí, antes de viajar a la tierra del sol naciente, el asturiano volverá a subirse a su McLaren Renault para disputar dos carreras en los dos próximos fin de semana: el Gran Premio de Bélgica en Spa-Francochamps y el de Italia en Monza.