No hay excusa para no formar jugadores de talento en el Guangzhou Evergrande, un club que posee unas instalaciones de récord. Literal. Evergrande, que se encuentra entre las 500 primeras empresas del mundo, compró el club en 2010 y en 2012 creó la escuela de fútbol más grande del mundo -con unos 3.000 alumnos, casi todos internos-, según las estadísticas. Tienen 50 campos de fútbol, pabellones, gimnasios, spa e instalaciones donde viven y estudian todos los jugadores con la idea de formar a los mejores jugadores chinos.
Son instalaciones que cualquier club de élite envidiaría, y poseen una gran organización, así que los mejores jugadores quieren jugar en el Guangzhou, un club es toda una referencia en Asia. El mejor sitio que para que Daniel Fernández volviera a salir de casa.
Allí se encontró un nivel de profesionalidad muy elevado y muy diferente al que se vive aquí. Los jugadores viven dentro de las instalaciones y tienen mucho tiempo para entrenar ya que adaptan sus estudios a los entrenamientos. Además, trabajan con el mejor material posible y tienen un campo por equipo para organizar el trabajo diario. Todo son facilidades a la hora de trabajar.
El objetivo principal es formar jugadores para el primer equipo, y a la vez conseguir títulos nacionales y el club pone todos los medios necesarios para lograr el reto en el que trabaja el vigués.
