A Fernando Alonso se le acabó el amor con la Fórmula 1. La deja, la abandonará al final de la temporada. Sin dramas pero marcando los tiempos en una escena no por sospechada menos sorprendente. Adiós al amor adolescente de Minardi, a la explosión sexual del Renault campeonísimo, al desengaño de McLaren, a la sensualidad de Ferrari y al crepuscular desamor de vuelta a Woking. Con la cabeza fría, el ovetense despachó una emotiva pero calculada despedida. En un minuto clavado, por vídeo, se dirige a la Fórmula 1 y le dice que la ha querido mucho pero que lo suyo está terminado. Adiós a 17 temporadas: 305 carreras, 22 poles, 97 podios, 32 victorias y los títulos de 2005 y 2006.

Pero no se irá a casa a darle a la consola; sin confirmación, los indicios le sitúan en las Indycar Series, en Estados Unidos, en busca de la triple corona que solo Graham Hill luce. Sería ganar en Mónaco -dos veces lo ha hecho Alonso-, en Le Mans, donde triunfó este año, y en las 500 millas de Indianápolis, el hito pendiente.

En la canícula agosteña, en un día de previas de Supercopa y futbolerías de verano, Alonso publicó la carta del adiós a su novia de toda la vida. Fue ayer a las cinco en punto, hora que encaja con el público europeo y también con el americano, quizá sus futuros parroquianos. "Me has visto crecer, luchar, reír y emocionarme. Hemos jugado juntos contra rivales increíbles. Has jugado conmigo y yo también aprendí a jugar contigo. Te he visto cambiar unas veces para bien y otras, en mi opinión, para mal. Cada vez que cierro la visera del casco siento tu abrazo, no hay nada parecido. Pero hoy tengo otros retos más grandes de los que me puedes ofrecer y este año, pilotando a mi mejor nivel, es como quiero recordarte", decía Alonso en un vídeo locutado por él mismo con esmero, sosiego y aparente sinceridad.

Desmotivado, sin un coche en condiciones desde hace años, sin alicientes en un mundo donde la política vale más que las manos, el ovetense deja honda huella en las carreras. Tanta como para que los dueños de la competición, los capos de Liberty Media, trataran de retenerle en el negocio hasta el último momento. No fueron los únicos, todos sin éxito. "Después de 17 años increíbles, ha llegado el momento de llevar a cabo un cambio y pasar página. Tomé esta decisión hace unos meses y de forma firme. Sin embargo, quiero agradecer a Liberty Media los esfuerzos realizados para que cambiara de opinión, y también los de todos aquellos que me han contactado", explicó Alonso en una nota de prensa que completaba el vídeo.

Es el punto final que Fernando Alonso pone por iniciativa propia al periodo más relevante de su carrera, una etapa de 17 años, con los cuatro últimos atrapado en un McLaren inoperante, primero en tres ejercicios nefastos con el motor y Honda y, este curso, aunque algo mejor con el propulsor Renault, siempre lejos de plantar cara a los gallos del pelotón. Cuatro quintos puestos fue lo más que pudo sacar en los cuatro ejercicio que siguieron al periplo de Ferrari, cuando más cerca estuvo de la tercera corona, la que se le escurrió de entre las manos en una fatídica noche en Abu Dabi en 2010 y, también en 2012, aunque con menos carga dramática.

La Fórmula 1 ya no le da a Fernando Alonso todo lo que necesita y la deja después de vivir en ella casi la mitad de sus 37 años. Por eso se despide con cariño, porque además, quién sabe si, como hicieron otros grandes, un día decide abrir la puerta de regreso. "Querida Fórmula 1. Tu no me esperabas y yo no estaba seguro de querer conocerte. Me diste mucho y yo creo que te lo di todo. Cuando apenas sabía andar ya corría hacia tu ruido, hacia tus circuitos, sin saber nada de ti?". Así comenzaba ayer el adiós de un campeón.

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