El Liverpool confirmó el pasado jueves el fichaje del portero brasileño Alisson Becker por 67 millones de libras (75 millones de euros), procedente del Roma, para las próximas seis temporadas. Alisson, de 25 años, se convirtió de este modo en el portero más caro de la historia, superando los 53 millones que pagó la Juventus al Parma en 2002 por Gianluigi Buffon.

El conjunto de Anfield se vio obligado a incrementar su propuesta por la oposición que hacía el Chelsea, que también pretendía hacerse con los servicios del brasileño y que durante muchos momentos pareció tener garantizado al meta. Seguramente el reciente episodo de Karius, triste protagonista de la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid, llevó al Liverpool a subir su oferta y llegar a una cifra descomunal para tratarse de un portero.

Lo cierto es que en el mundo de las porterías ha comenzado a producirse un movimiento que no existía normalmente. Los traspasos más caros (salvo excepciones) no alcanzaban los veinte millones de euros. Pero en los últimos doce meses se han producido tres de los cinco movimientos más caros en esta posición porque al de Alisson hay que añadir los producidos el pasado verano: el fichaje de Ederson (40 millones pagó al Manchester City al Benfica) y el de Pickford (28,5 millones le costó al Everton). Seguramente en las próximas semanas se añada un nuevo traspaso de portero a las primeras posiciones de este ranking cuando el Real Madrid cierre la contratación casi segura de Thibout Courtois, una operación que se hará por encima de los treinta millones de euros.

Un mercado que aún no está demasiado hinchado corre el peligro de caer en el vicio habitual del fútbol mundial. Porque un repaso a los traspasos de porteros más caros de la historia llama la atención precisamente por lo discreto de los movimientos que se han hecho hasta ahora.

Incluso sorprende que en la lista de los veinte traspasos más caros no estén los fichajes de algunos de los mejores porteros del mundo que fueron a parar a grandes equipos. Son los casos de Ter Stegen (costó doce millones al Barcelona), Keylor Navas (diez millones dejó el Real Madrid en las arcas del Levante) y el de Thibout Courtois (únicamente pagó en 2011 nueve millones el Chelsea al Rennes por el portero belga). Cifras que resultan ridículas después de lo que ha pagado el Liverpool por los servicios del titular de la selección brasileña.

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