Luis Enrique se estrenó con una declaración de intenciones: "Busco una evolución, no una revolución". El nuevo seleccionador nacional, en su presentación ayer en Las Rozas, valoró el "reto" al que se enfrenta y se marcó el objetivo de "ser competitivos en dos años". Lucho, acompañado por el presidente y el director deportivo de la Federación, Luis Rubiales y José Antonio Molina (respectivamente), abrió las puertas a la entrada de cualquier jugador independientemente de su club o edad y no escamoteó ningún tema. Solo marcó un límite, la política. "Me siento gijonés, asturiano, español y catalán", zanjó tras ser preguntado por su defensa a Cataluña.

Su presentación, que se abrió con un vídeo de su paso por La Roja, duró cerca de una hora. Valió para poner la primera piedra de la Roja futura. "El fútbol es una evolución. España tiene muchos y muy buenos jugadores, pero hace tres campeonatos en los que no podemos conquistar nada", expresó sobre "las muchas decisiones" que tomará. "Hay un cambio generacional y tenemos que valorar qué es lo mejor para que la selección sea competitiva en dos años", apuntó, antes de señalar que manejaba una primera lista de 70 jugadores candidatos a ir a La Roja.

"Tengo ganas de dar mi primera lista, seguro que hay sorpresas", anunció Luis Enrique. El entrenador tiene el reto de convencer a Piqué, que hace dos años anunció su retirada tras el Mundial. "Me gustaría contar con todos", comentó, y dijo que hay que respetar la decisión de Iniesta de dejar la selección. Preguntado por Sergio Ramos o Jordi Alba, Luis Enrique negó mala relación: "Que yo sepa no tengo problema con ningún jugador". En este punto, habló de la relación que tendrá con los futbolistas: "Hay veces que hay que tener mano blanda y otras que dar una colleja. Yo trato diferente a mis tres hijos. Cuando haya que meter mano dura, no tengo problema", dijo.

Una de las novedades que Luis Enrique quiere implantar en la selección es la figura del psicólogo. Ese puesto lo ocupará el asturiano, Joaquín Valdés, su hombre de confianza. "Es la única persona que me ha acompañado siempre. Cualquier jugador que vaya al psicólogo no significa que esté loco. La cabeza es lo más importante. Queremos que sea un arma más pero no obligaremos a nadie", expuso.

Luis Enrique no le dedicó demasiado tiempo a comentar el paso de Lopetegui, a quien definió como "el pasado". "El pasado sirve para sacar conclusiones, pero nos las tengo que sacar yo", advirtió. Eso sí antes dijo que "reforzaré el trabajo que han hecho Lopetegui y Fernando Hierro". El seleccionador valoró a Luis Aragonés: "Gracias a él España encontró lo que somos: talentosos, pícaros, listos, nobles".

Cataluña

No quiso hablar de política ni de la situación en Cataluña. "Sé muy bien lo que soy. Soy gijonés, asturiano, español y también catalán. El resto me la resbala", zanjó. Tampoco invirtió demasiado tiempo en hablar sobre el Real Madrid. "De momento no he escuchado ninguna crítica por su parte. Sé lo que significa estar aquí. No soy antinada", concretó el seleccionador.

Lucho analizó el papel del VAR en el pasado Mundial. "En unos años nos preguntaremos cómo pudimos estar jugando tanto tiempo sin VAR. Soy pro Var a tope. Va a ayudar, habrá menos trampas y menos agresiones". Y de su relación con la prensa también bromeó. "No creo que tenga que ser simpático, vengo a hacer mi trabajo. Separaría mi relación con la prensa, que espero que sea buena, de mi papel con la afición", dijo. Y bromeó: "Si pagáis, me voy a comer con vosotros".

Sobre la presencia de Gerard Piqué, que dijo ya hace mucho tiempo que dejaría el combinado nacional tras Rusia, pero que no se ha vuelto a pronunciar, y de Andrés Iniesta, que confirmó su adiós tras la eliminación del Mundial, el gijonés separó sus casos.

"El caso de Piqué es un poco diferente porque ya se pronunció hace dos años sobre sus deseos. Yo creo que hay que analizar cada caso de manera individual. A mí me gustaría contar con todos los jugadores, aunque hay que estudiar cada caso de manera individual. Piqué ha demostrado su rendimiento en la selección y sólo nos queda respetar los sentimientos del jugador. Ha pasado cierto tiempo y puede ser positivo", señaló.