El serbio Novak Djokovic se acostó faltándole solo un set para alcanzar por quinta vez la final de Wimbledon, tras dominar al español Rafael Nadal por 6-4, 3-6 y 7-6 (9) después dos horas y 53 minutos en la segunda semifinal, aplazada para hoy, mientras que el surafricano Kevin Anderson espera ya, dispuesto para luchar por el título.

El encuentro se reanudará el sábado a las 14 horas y lo que queda por decidir es si se disputará con el techo cubierto, como estuvo este viernes, y seguramente querrá Djokovic, o abierto porque el torneo es al aire libre. Los jugadores tienen que ponerse de acuerdo, y si no llegan a un consenso, continuará cerrado.

Ya en la final se encuentra esperando el surafricano Kevin Anderson, que derrotó en un agónico partido al estadounidense John Isner, por 7-6 (6), 6-7 (5), 6-7 (9), 6-4 y 26-24 en seis horas y 36 minutos para alcanzar la última instancia de Wimbledon por primera vez, la segunda del Grand Slam en su carrera.

Con el techo cerrado, la humedad se notó de inmediato y la camiseta de Nadal se empapó rápidamente. La hierba de la pista también, y todo eso se unió para favorecer el gran juego de Djokovic, sobre todo de revés, eléctrico e incisivo, que en el séptimo juego del partido rompió al de Manacor para sentenciar luego el set en 47 minutos.

Djkovic hacía bueno la estadística que le había significado como el mejor restador del torneo hasta las semifinales con un 43 por ciento de acierto en este apartado.

Nadal, que antes de este encuentro había salvado 22 de los 28 puntos de rotura que dispusieron todos sus rivales, no podía entonces con la velocidad del juego del serbio, que parecía intuir donde iban los golpes del español para esperarlos en el sitio justo, e impactar después sin piedad.

Con esa eficacia enfrente, el español tardó una hora y 12 minutos en disponer de su primera oportunidad de rotura y lo consiguió en el cuarto juego del segundo parcial (3-1) cuando una derecha de 'Nole' se quedó muerta en la red.

Ahí se rompió el encuentro, porque aunque el de Belgrado devolvió la rotura a continuación con un tiro cruzado desde el fondo de la pista que Nadal apenas vio pasar, el ganador de 17 grandes no cejó en su empeño y siguió empecinado en una lucha que era más física que táctica.

Al siguiente juego, Nadal volvió a demostrar que no estaba dispuesto a claudicar, rompiendo otra vez para situarse con 4-2 arriba, y rematar el parcial luego en el noveno, no sin desesperación porque tuvo que salvar dos puntos de rotura.

Rotos ya a sudar ambos, con Djokovic mostrando los primeros síntomas de desesperación, y su entrenador Marian Vajda insuflándole ánimos, porque ya no era tan fácil dominar como al principio, el de Belgrado se entregó de lleno a su saque para ganar con mayor rapidez su servicio, y Nadal a golpear de derecha en paralelo dejando clavado en la pista al serbio.

Y así se llegó al desempate, donde el de Belgrado se fue rápidamente hasta el 5-3, pero Nadal hizo la hombrada de ganar tres puntos seguidos y situarse con 6-5 a favor. Tuvo tres oportunidades para hacer suyo el desempate pero falló, mientras que Djokovic sentenció en la segunda que dispuso, cuando utilizó su saque para ello.