Gareth Southgate salió del encuentro de semifinales en el que Inglaterra cayó contra Croacia señalando que habían perdido "una oportunidad maravillosa". A bote pronto, tras la eliminación, los ingleses pudieron caer en la tentación de pensar que su selección había sufrido el enésimo fracaso en una competición internacional. Sin embargo, las miles de personas que se agolparon en Hyde Park para presenciar el encuentro dejaron claro que Rusia 2018 no fue un torneo cualquiera para los "Three Lions", sino que fue el gran torneo desde Italia 90 y que el país recuperó su fe en la selección.
Es cierto que el grupo de Inglaterra fue demasiado débil y que en cruces sufrieron solo contra una Colombia a la que vencieron en la tanda de penaltis. Pero el largo recorrido de Inglaterra, que hoy todavía peleará por la medalla de bronce, deja grandes lecciones de cara al futuro. En primer lugar destaca la juventud de un combinado que tiene como eje principal la base del Tottenham de Pochettino. Además, ante Colombia en octavos los ingleses dejaron atrás uno de sus mayores traumas: El de las tandas de penaltis. Solo habían superado una fase en la llamada "lotería" de los once metros. Fue en la Eurocopa 1996 contra España. En esa misma Eurocopa Inglaterra quedaría eliminada en su casa en semifinales ante Alemania y en la tanda de penaltis. El autor del fallo que privó a Inglaterra de aquella final había sido precisamente Gareth Southgate, el actual seleccionador. Contra Colombia el técnico también pudo redimirse.
El gran resultado permite a la Federación inglesa seguir con su fuerte apuesta de escuelas de formación de futbolistas, que están acabando con la tradicional escasez de talento en el país inventor del fútbol. La Euro 2020, que tendrá multitud de sedes, disputará su gran final en Wembley y llegar a punto a la cita pasará a ser una obsesión para los ingleses desde el comienzo de la próxima temporada. La suerte es que Southgate, que salvo sorpresa continuará en el banquillo nacional, no debe acometer ninguna renovación profunda de sus jugadores de confianza. Y es que estrellas como Kane, Rashford, Dele Alli, Loftus-Cheek, Dier, Stones, Sterling, Pickford o Maguire no superan los 25 años, por lo que seguirán siendo la base de Inglaterra al menos en los próximos dos grandes torneos. Por si ello fuera poco, los últimos mundiales sub 20 y sub 17 fueron ganados por Inglaterra, así que sobra calidad en las categorías inferiores que puedan suplir cualquier carencia actual.
Con una clara apuesta por un sistema 3-5-2, Southgate ha conseguido un equipo sólido que, como buen conjunto inglés, tiene su fuerza en los contragolpes veloces. Además, la mano del entrenador se deja sentir con fuerza en las jugadas de estrategia. No en vano, de los 12 goles anotados por Inglaterra en la cita rusa, hasta nueve han llegado a balón parado.
Retirado del fútbol en 1996 cuando jugaba con el Middlesbrough, Southgate pasó inmediatamente a entrenar a ese mismo club, al que dirigió durante tres años. En 2013 pasó a trabajar para la Federación entrenando al combinado sub 21 y en septiembre de 2016 se hizo con las riendas de la selección absoluta. Consiguió apaciguar los ánimos tras el despido de Allardyce y, aunque en un primer momento se le consideraba un técnico interino y transitorio, firmó una fase de clasificación para Rusia impecable. Eso sí, el juego inglés nunca llegó a enamorar. Es una asignatura pendiente.
Quizá a corto y medio plazo la gran carencia que debe afrontar Southgate es la de una referencia en el centro del campo. Necesita crear o reconvertir a algún jugador con talento que ayude a sacar el balón y armar los ataques con calidad. Asimismo, en la línea de tres cuartos, es imprescindible que Dele Alli asuma definitivamente el rol de estrella que debe desempeñar en este equipo. Con estas mejoras Inglaterra tendrá intactas todas sus opciones de pelear por el título en la próxima Eurocopa
