"No sé si mi experiencia como ciclista me ayuda o no", se sincera Enrique Salgueiro, rememorando su pasado como ciclista. "Empecé de cero montando este equipo y me costó mucho". Tras muchos desvelos, ahora con el apoyo de la firma italiana Guerciotti, "que este año se ha involucrado mucho en el proyecto", puede ver hacia un futuro en el que se inician nuevas ilusiones. "De aquí a diciembre nos queda mucho trabajo de documentación, una locura", admite. Una locura apasionante que arrancará en enero con la disputa del Tropicale Amissa Bongo.

El resto del calendario se perfilará a medida que avanza la temporada. "Si no conseguimos participar en España, no me importa coger el equipo y marcharme a correr a Francia o a Inglaterra, como estamos haciendo ahora. Siempre fue así la filosofía del equipo. No hace falta tener una obsesión por correr siempre el mismo tipo de carreras. El primer año será de transición de una categoría a la otra y así lo tenemos asumido", dice Salgueiro.

Tras ser profesional de 2003 a 2012, ahora vive el ciclismo desde el otro lado de la barrera. "Ahora tengo otra visión diferente de cuando corría, me preocupo más por los pequeños detalles de organización, pero la verdad es que sí que lo hecho de menos, por eso me metí en la dirección deportiva, porque al final, cojo la maleta y parece que sigo compitiendo. Pero bueno, hay que ser conscientes de que ya se acabó esa etapa".