El Kazán Arena será hoy el escenario del segundo partido de los cuartos de final (20.00/Telecinco). Allí miden sus fuerzas las selecciones de Brasil, pentacampeona del mundo, y la de Bélgica del español Roberto Martínez, una de las eternas candidatas. De este encuentro saldrá uno de los semifinalistas que se enfrentará al ganador del duelo Uruguay- Francia. Brasil llega en un buen estado de forma después de su victoria por 2-0 a México, con un Neymar enchufado y con un juego no tan bonito como antaño pero si muy efectivo. No obstante, a la canarinha le han asaltado varias dudas de última hora. Una de ellas es la de Paulinho, que se encuentra entre algodones, todavía convaleciente del golpe lumbar sufrido ante la tricolor. En caso de que el jugador del Barcelona sea baja se sumaría a la de Casemiro, sancionado. Tite, seleccionador brasileño, confía en que el azulgrana forme parte de una alineación en la que estará, seguro, Marcelo, ausente los dos últimos partidos y bien suplido por Filipe Luis.

El equipo dirigido por Tite llega a este partido siendo la mejor selección a nivel defensivo. En cuatro partidos solo ha encajado un gol (ante Suiza en el debut). Frente a esa solidez defensiva asoma un rival, Bélgica, que es el máximo goleador del Mundial, con doce. La mejor defensa contra el mejor ataque. "El objetivo es seguir creciendo en el Mundial y jugar cada día mejor", aseguró ayer Tite, que asegura que "el poder creativo de Bélgica es enorme". "Va a ser un gran partido, muy disputado", pronostica el técnico brasileño.

Durante su comparecencia, el técnico brasileño reflexionó sobre el sistema implantado de que las eliminatorias se decidan por penaltis. "Tirar un penalti es muy duro. Un partido o una eliminatoria no debería decidirse por penaltis; no creo que eso sea un resultado normal", dijo, y aseguró ser partidario de cambiar el sistema de desempate tras prórroga: "Habría que pensar en otro nuevo".

Brasil es la única selección que se ha clasificado para los cuartos de final en los cinco mundiales disputados en el siglo XXI, y no falta su presencia desde el Mundial de 1994 en Estados Unidos. "En la selección brasileña estamos acostumbrados y tenemos la responsabilidad de jugar partidos siempre al máximo nivel. Conocemos las dificultades y sabemos que Bélgica nos exigirá al máximo porque es un rival muy fuerte, así que tenemos que estar centrados para ganar el partido y dar el máximo porque es un rival de primer nivel", declaró ayer Miranda. Y añadió: "Bélgica no es sólo Lukaku. Tiene grandes atacantes. La principal manera de parar al adversario es estar atento a todas las jugadas y a todos sus futbolistas, que son habilidosos, verticales y decisivos. Nuestro sistema defensivo tiene que estar bien preparado para neutralizar las armas del adversario".

Bélgica llega con la moral por las nubes tras las buenas sensaciones cosechadas en el Mundial, con un juego atractivo, y combinativo en busca del juego ofensivo, convirtiéndose en una de las favoritas al título y después de una brillante remontada en el encuentro de octavos de final, que le midió a Japón.

Junto con Uruguay, Bélgica es la selección que ha ganado todos y cada uno de sus partidos. "Brasil es uno de los equipos favoritos al título", señaló ayer Roberto Martínez, seleccionador belga. "A Brasil le gusta tener la pelota y defiende en bloque. Son solidarios, aunque también dejan espacios que debemos intentar aprovechar", añadió su capitán Vicent Kompany. También habló ayer Lukaku, delantero belga y una de las grandes revelaciones del Mundial. Lukaku consideró a Brasil como el "gran favorito" a llevarse la Copa del Mundo.

El conjunto belga es el combinado del Mundial más goleador con 12 tantos anotados en los cuatro partidos disputados. El conjunto liderado por el juego de Hazard y le efectividad goleadora de Lukaku, buscan entrar en semifinales algo que no ocurre desde hace 32 años, la última vez que Bélgica se clasificó para semifinales ocurrió en el Mundial de México 86. La suerte está echada y Brasil y Bélgica pelearán por un puesto en las semifinales.

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