Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

perfil // eden hazard

El termómetro de Bélgica

El genial mediapunta del Chelsea conduce todos los ataques belgas y solo si exhibe su mejor versión su selección podrá poner a Brasil contra las cuerdas

El termómetro de Bélgica

Bélgica tuvo que derrochar sudor y sangre para eliminar a una Japón tan valiente como suicida en los instantes finales de su encuentro de octavos de final. Después de que los nipones se pusieran por delante con un 0-2 al comienzo de la segunda parte, Roberto Martínez se tuvo que olvidar del fútbol de toque y de la calidad de sus jugadores y apostar por el juego directo. Retiró a Mertens por Fellaini, el gigantón al que se recurre cuando hay que colgar balones, y a Carrasco por Chadli. Los cambios salieron a la perfección al entrenador español, cosa previsible pues ante la fragilidad del portero japonés y la poca altura de su defensa cada balón colgado se convertía en un remate a puerta seguro. Tras un gol sin querer de Vertonghen, Fellaini marcó aprovechando un brillante centro de Eden Hazard y Chadli completó la remontada en el descuento, en un contragolpe perfecto tras un saque de esquina de Japón, que no tuvo la picardía suficiente para guardar la ropa y llevar el encuentro a la prórroga. Fue sin duda el final de partido más cruel de lo que llevamos de Copa del Mundo.

Pero el jugador diferencial de Bélgica volvió a ser su su gran estrella, con permiso de De Bruyne: Eden Hazard. El del Chelsea partió de mediapunta junto a Mertens en el ya clásico 3-4-2-1 con el que Roberto Martínez dio orden y estabilidad a una Bélgica que hasta su llegada era una constelación de estrellas que no formaban nada parecido a un equipo. Hazard completó una asistencia y, previamente, un disparo a la madera. Sin embargo, su influencia en el juego fue mucho mayor de lo que dicen estas estadísticas, al conducir todos y cada uno de los ataques de los belgas. A medida que avanzaba el encuentro y la remontada se hacía necesaria fue dejando sus apariciones por el centro del ataque para caer más a banda izquierda, ayudando con la magia que atesora en sus dos piernas a colgar balones en el nuevo plan adoptado a la desesperada.

Con 27 años Hazard es el líder de Bélgica y una de las razones por las que todos los analistas dan a esta selección como una de las grandes candidatas al que sería su primer título Mundial. Por el no deseado golazo de Januzaj ante Inglatera, Bélgica quedó primero de grupo y se enfrenta ahora al camino más duro para llegar a la final. En cuartos de final tendrá que hacer frente a la Brasil de Neymar y Coutinho y en semis quizás a la Francia de Mbappé, si se cumplen los pronósticos. El cuadro es demasiado duro, aunque a priori nadie se atreve a decir que Bélgica esté eliminada. Buena parte de su suerte dependerá de que Hazard muestre su mejor versión. Y es que la carrera de este mediapunta alterna constantemente temporadas impresionantes con otras discretas, en las que su influencia en el juego de su equipo desaparece misteriosamente.

Con gran regate, peligroso al contraataque, buen disparo de larga distancia con ambas piernas y capacidad para centrar de forma milimétrica, Hazard está considerado uno de los jugadores más desequilibrantes del momento. Rusia 2018 le llegó a la edad justa, con esa madurez en la que tiene que demostrar que de verdad está hecho para las grandes citas y que la colección de estrellas de Bélgica puede por fin cuajar un gran torneo. Su movilidad en todo el frente de ataque será uno de los rompederos de cabeza para la Brasil de Tite, que tendrá que lidiar también con un grado de presión mucho más alto que el que sufrirá Bélgica en cuartos de final.

La carrera futbolística de Hazard se disparó cuando en 2005 ingresó en la academia del Lille OSC. Dio el salto a la primera plantilla en la temporada 2007/08, aunque solo de forma testimonial y disputando minutos en cuatro partidos. La siguiente campaña ya se asentó en el primer equipo. Primero fue suplente pero poco a poco fue ganando peso en la plantilla. Al verano siguiente ya se hablaba de que iba a salir del club, pero permaneció en la entidad francesa, en donde todavía jugaría hasta la temporada 2011/12. En cuatro campañas completas totalizó 50 goles y 53 asistencias. Sin duda fue la 2010/11 su temporada más significativa pues, aunque empezó con problemas con el entrenador que lo envió al banquillo en varias ocasiones, acabó liderando al Lille que ganó la liga frente al todopoderoso PSG. Hizo doblete ganando también la Copa de Francia. En verano de 2012 llegó al Chelsea por 32 millones de libras, una cantidad que por aquel entonces era una auténtica animalada de dinero.

Seis campañas lleva Hazard en el conjunto londinense, compartiendo la línea de tres cuartos con jugadorazos como Oscar, Juan Mata y ahora Willian. A años brillantísimos por su parte como el de la Premier League que ganó en 2015 sucedieron otros como el siguiente, que acabó con el despido de José Mourinho del banquillo de Stamford Bridge. Ya con Antonio Conte en la banda y aprovechándose de no jugar competiciones europeas, los del barrio pijo de Londres recuperaron el título liguero en 2017. La última campaña, con el desgaste de Champions, el Chelsea solo ha podido ganar la FA Cup. El único título internacional de Hazard es la Europa League del Chelsea de Rafa Benítez en 2013 y las competiciones continentales son su gran asignatura pendiente. Con cerca de 90 goles es una de las claras referencias del Chelsea en última década.

Con su selección, su Mundial de Brasil 2014 fue irregular. Mejores fueron sus prestaciones en la Euro 2016, aunque Bélgica no pudo pasar de cuartos de final. La actual generación de oro del país de los gofres se encuentra en Rusia 2018 con su gran oportunidad de hacer historia. En Qatar seguramente tengan que hacer frente a un relevo generacional, así que Hazard y sus amigos no pueden vender barata su piel ante la Canarinha.

Compartir el artículo

stats