Pasaban pocos instantes de los 10 minutos de juego y Kylian Mbappé cogió el balón para recorrer casi todo el campo. Su conducción llegó a una velocidad de 37 km/h hasta que la defensa argentina no tuvo más remedio que derribarle en el área. Penalti y gol de Griezmann. Escasos segundos después, con una nueva cabalgada el joven francés de 19 años acabó por provocar una falta al borde del área. "Sus" octavos de final estaban todavía comenzando. El mundo se frotaba los ojos e inmediatamente el nombre de Ronaldo Nazario pasó a ser trending topic en las redes sociales. Los que crecieron en los años 90 reconocieron inmediatamente esa velocidad y esa capacidad para dejar atrás a rivales como si se tratase de un episodio de Oliver y Benji. Era lo mismo que hacía "O Fenómeno" antes de sus lesiones, en aquella época en la que Bobby Robson se echaba las manos a la cabeza como forma de describir lo que ejecutaba su estrella sobre el césped. Mbappé, al que ya todos los grandes querían el pasado verano y que acabó seducido por los petrodólares del PSG, firmó este sábado su primera gran actuación individual con la selección. Los titulares fueron claros, el francés acababa de eliminar a Leo Messi erigiéndose como figura indiscutible de la eliminatoria. Quizá un cambio de ciclo o el preludio de un nuevo orden que llegará en un par de años. Hoy, no hay dirigente del mundo del fútbol al que no se le afloje la chequera con solo pensar en hacerse con los servicios de Mbappé para su club.

En un encuentro que fue un derroche de goles, algunos de ellos de bellísima factura como los de Di María y Pavard, Mbappé todavía tendría tiempo para anotar dos tantos. Además, llegaron de con solo cuatro minutos de diferencia entre ellos y cuando el encuentro estaba empatado. Rompió el choque al inicio y lo volvió a romper cuando la igualdad estaba restablecida en el ecuador de la segunda parte. El primero lo anotó con la izquierda tras un bello control orientado dentro del área. El segundo culminando con la derecha y con velocidad una jugada creada por el incombustible Kanté y por Giroud. Kylian dio el paso al frente definitivo y pese a no llegar a las dos décadas ya nadie duda de que es una estrella de talla mundial.

Su carrera en la élite es todavía muy corta, pero llena de récords de precocidad y de triunfos importantes. El 2 de diciembre de 2015, sin haber cumplido todavía los 17 años, Mbappé debutó con el primer equipo del Mónaco. Fue el jugador más joven en debutar con esta entidad, rompiendo una marca que poseía el mismísimo Thierry Henry desde hacía 21 años. En su primera media campaña en la elite juega 11 partidos con un gol y dos asistencias. En la temporada 2016/17 se convirtió ya en titular indiscutible del conjunto monegasco, que no por casualidad cuajó una de las campañas más brillantes de su historia. Su gran carta de presentación en las televisiones de todo el mundo fue el primer hat-trick, que anotó en diciembre de 2016 ante el Stade Rennais en Copa de la Liga. Esa temporada el Mónaco llegaría a semifinales de Champions League contra todo pronóstico y conseguiría arrebatarle la Ligue 1 al todopoderoso PSG. En la máxima competición continental Mbappé sumó seis goles y su tanto ante el Manchester City en febrero le convirtió en el segundo francés más joven en marcar en este torneo, solo por detrás de Benzemá. Esa temporada acabó con 26 goles y 14 asistencias.

El Mónaco tenía claro que sería imposible retenerlo. Aun así, se resistió a su salida al Real Madrid. Llegó a debutar en la última temporada con los monegascos, pero tras el primer encuentro liguero el PSG puso 180 millones encima de la mesa y le llevó al club de Neymar y Cavani. Él es parisino de nacimiento, así que en su casa se movió como pez en el agua. Aunque pasó por alguna fase más irregular, concluyó la temporada marcando 21 goles y repartiendo 16 asistencias. Ayudó a que el PSG recuperase el trono liguero y se impuso en las dos copas del país. El único borrón fue el mismo de toda la entidad: Caer en la Champions League en octavos de final ante un Real Madrid que a la postre sería campeón europeo por tercera vez consecutivo. Si el PSG consigue mantenerle en la plantilla, levantar la orejona será sin duda su obsesión.

El jugador de moda del planeta fútbol se destaca por su zancada, velocidad y gol. Puede jugar en las tres posiciones del ataque, pero rinde mejor caído hacia la derecha, como con la selección. Va bien de cabeza y tiene visión para ofrecer asistencias a sus compañeros rebasando líneas contrarias. Con buen regate, no suele ayudar a sus compañeros en la parcela defensiva, el que es quizás su único debe.

Con la selección, Mbappé fue campeón de Europa Sub-19 en el año 2016, anotando 5 goles en otros tantos partidos de competición y demostrando que estaba muy por encima de la inmensa mayoría de compañeros de su categoría. Debutó con la nacional absoluta en marzo de 2017 y hoy, poco más de un año después, suma ya tres goles en la Copa del Mundo de Rusia. Todo va demasiado deprisa alrededor de Mbappé, tanto sus cabalgadas como su carrera. Francia es claramente una de las grandes favoritas a hacerse con el cetro mundial, sobre todo si Brasil no supera su irregularidad. En un conjunto plagado de estrellas mundiales como Griezmann, Mbappé es cada vez más el jugador diferencial y en el que los aficionados galos depositan sus esperanzas para levantar un campeonato que, sin Zidane, parecía demasiado lejos hace poco tiempo para "Les Bleus".