-¿Al día siguiente que pesa más al levantarse, el orgullo por la regata realizada o la rabia por el segundo puesto?

-Es una mezcla. Al final todos somos competidores y navegamos con la intención de ganar. Estamos preparados para eso y es cierto que te levantas con la rabia de no haberlo conseguido. Pero por otra parte estás contenta por el buen resultado, porque el equipo ha trabajado muy bien durante estos meses y el deporte no solo son resultados. Siempre digo que en estas cosas el tiempo es necesario y debemos pasar los momentos de decepción. Lo que hacemos nos importa y por eso sufres un poco. De momento solo estoy pensando en volver a dormir en una cama en horizontal. Ahora valoras mucho mejor las cosas.

-¿Fue un día duro el domingo?

-Fue duro porque estábamos en medio de una regata, pero es emocionante hacer una Volvo Ocean Race, completarla, llegar a puerto y encontrarte a los familiares, a los amigos. El trabajo que hicimos en el agua llegó a mucha gente y sentimos que casi todo el mundo que seguía la regata estaba con el "Mapfre" y eso es muy importante. Y por otro lado sientes la rabia de haberlo luchado y ver cómo se te escapa en el último momento. Pero también debemos reconocerle al "Dongfeng" que como nosotros ha hecho una gran Volvo y se merecía la victoria. Lo mismo que si hubiésemos ganado nosotros.

-Supongo que en el barco no fue un momento agradable comprobar que el "Dongfeng" cruzaría delante.

-Es difícil porque es mucho tiempo luchando para ganar. Es una regata extrema y ya dar la vuelta al mundo es un premio que te llevas y que no todo el mundo puede lograr. Pero es una competición y cuando te das cuenta de que se acaba y que ya no hay oportunidades de volver a darle la vuelta es un momento complicado. Y si no lo fuese es que algo raro estaría pasando en el barco.

-Ha sido una locura de regata, resuelta en los últimos instantes tras etapas muy igualadas. ¿Se imaginaban algo así?

-No tenía mucho experiencia, salvo como aficionada y espectadora, pero es verdad que nunca ha habido la igualdad que se ha producido en esta edición. Eso le ha dado un punto más de espectacularidad y ha hecho que creciese el número de aficionados y de espectadores que se han enganchado. Es entendible porque esa igualdad genera un interés y una atención que no tendrías de otro modo. Para nosotros supone más trabajo porque vives etapas de veinte días con un barco pegado y eso exprime y obliga más. Pero es evidente que en una edición como ésta sale ganando y lo que se explota es la calidad de los regatistas que se ven obligados a sacar lo mejor que tienen ellos y el barco para ganar etapas tan igualadas. Sí creo que fue una Volvo inigualable y que se recordará durante mucho tiempo.

-¿Repetirá?

-Después de bajar del barco lo que quería es que me diesen unos días. Ahora estoy muy cansada y lo que necesito es descansar. Porque no han sido solo los nueve meses de Volvo Ocean Race porque empezamos a entrenar mucho antes y los que iniciamos en un proyecto como éste desde cero nos vimos obligados a hacer un esfuerzo muy grande. Se ha hecho largo. Soy una persona que no cierra las puertas a nada, la experiencia me ha gustado, ha sido positiva y por qué no. Pero ahora mismo quedan muchos años para la siguiente, habrá otros proyectos por el medio y a ver cómo llegamos.

-¿Se ha sorprendido del rendimiento que ha dado durante la regata, de su capacidad?

-Te metes en un proyecto del que conoces solo una parte y la otra parte la tienes que ir descubriendo a medida que pasan las etapas. Y eso hace que haya incertidumbre sobre tu rendimiento porque es la primera vez y nadie sabe cómo vas a responder. Realmente nunca creí que iba a llegar a límites tan extremos y aún así seguir trabajando y superar situaciones que son complicadas de hacerlo. Así que sí, me sorprendió mi capacidad de adaptarme no solo a este tipo de vela oceánica que es tan distinta sino a cambiar completamente el rol al que estaba acostumbrada. Tuve que vivir fuera de mi zona de confort durante nueve meses y vivir unas condiciones extremas.

-Esto la enriquecerá para el futuro.

-Sin lugar a dudas. Uno de mis objetivos de esta experiencia era seguir mejorando como regatista y sin lugar a dudas lo he conseguido. Ahora soy mejor que cuando acabé los Juegos de Río de Janeiro. Soy mejor regatista y eso me va a ayudar en todos los aspectos independientemente del camino que elija para el futuro. Venía al equipo a aprender y lo he conseguido.

-El grupo apenas se ha movido desde que salieron de Alicante, lo que dice mucho del equipo.

-Xabi hizo un gran trabajo. Tenía las ideas claras y le da gran importancia al equipo. Al final somos como una familia, tenemos que pasar por situaciones complicadas que o lo hacemos juntos o el grupo no funciona. Es un gran valor que tenía el proyecto y al final se demostró que era bueno.

-¿Quién era el más dolido el domingo?

-Xabi, Ñeti, Pablo?gente de calidad extrema, que llevan cuatro vueltas al mundo y que veían que estaban ante una gran ocasión de conseguir al fin el trofeo y han visto cómo se perdía por unos pocos minutos. Llevaban ese dolor reflejado en sus caras. Si nos nos hubiese afectado significaría que no estábamos en un buen equipo.

-¿Y ahora a qué se va a dedicar?

-De momento descansar y después decidir qué quiero hacer. Mucho tiempo uy no hay que tener prisa para tomar decisiones. O las tomas bien o no vas a ningún lado. Cuando descanse la cabeza empezaré a pensar en lo que quiero hacer en el futuro.

-Ahí está Tokyo a la vuelta de la esquina. Supongo que la idea es estar en los Juegos.

-Seguramente. Pienso en varias opciones, pero quedan pocos años hasta allí y hay que estar segura de lo que hacemos para llegar con posibilidades de conseguir una medalla. Por eso no tengo muy claro qué quiero hacer y no creo que deba tomar la decisión cansada. El descanso me vendrá bien para elegir.