España cerró la segunda jornada del grupo B sin aún la certeza de la clasificación para los octavos de final ni la posición de acceso, si consigue el pase el lunes ante Marruecos, mientras divisa aún a lo lejos a Uruguay o Rusia, sus posibles cruces en la siguiente ronda.

Un empate en la última cita que le espera de la primera fase en Kaliningrado le basta para avanzar a las eliminatorias, pero la primera plaza exige más: un triunfo, aunque un punto también valdría si Portugal iguala con Irán, y, probablemente, unos cuantos goles para deshacer una hipotética igualdad en la cima del cuarteto. Este escenario sólo se produciría en el caso de que España -contra Marruecos- y Portugal -contra Irán- repitan sus resultados en la jornada final del grupo.

Después de los puntos, la diferencia de tantos en todos los partidos del cuarteto es el siguiente criterio que deshace empates en la clasificación. Luego, en tercer lugar, la cantidad de goles a favor en esta primera fase. Si aún se mantiene todo equilibrado, el número de puntos obtenido en su duelo directo, la diferencia de goles o los tantos marcados en los partidos entre los equipos en cuestión y el mayor número de puntos en el juego limpio (España ha visto una amarilla y Portugal ha recibido dos) prevalecerían, por ese orden.

"Ojalá podamos quedar primeros, porque el cuadro es mucho mejor para nosotros, pero cualquier rival te puede ganar y sinceramente no tengo ninguna preferencia por el hipotético rival de octavos", explica Alba, preguntado por un posible cruce con Rusia o Uruguay, ya clasificadas las dos para octavos, pendientes sólo del orden, que saldrá de su enfrentamiento directo que se disputa también el lunes.