Los dos clubes de fútbol con más historia del Val Miñor penden de un hilo. El Gondomar y el Erizana no tienen quien los dirija y lanzan un SOS a los gondomareses y baioneses para que se decidan a tomar las riendas y los salven de la desaparición. Sus juntas directivas han dimitido tras finalizar el mandatos de cuatro años y no hay candidatos para relevarlas, así que la disolución era el único horizonte a la vista ayer para ambos conjuntos, descendidos este año a Primera Autonómica.

La junta del club gondomarés celebró el domingo su última asamblea. Tras informar a los socios de la grave situación, inaudita en sus 104 años de trayectoria, sin que apareciesen aspirantes a ocupar los cargos directivos, el presidente, Alfonso Mandado, anunció que continuará en funciones hasta el día 10 de julio. Los asistentes a la reunión acordaron abrir un nuevo plazo de presentación de candidaturas hasta ese día. Si ni así llegan voluntarios, el equipo entregará las llaves del campo de As Gaiandas al Concello y comunicará a la Federación que no participará en la próxima temporada. Decidieron además remitir un escrito al gobierno municipal para explicar los motivos por los que se ha llegado al límite, que no son otros que "su falta de colaboración" a la hora de atender necesidades como la dotación de hierba artificial o como mediador para reunificar los dos clubes de la villa y recuperar las categorías inferiores, escindidas desde hace unos años en el Gondomar Fútbol Base, lamentó el todavía presidente.

Las circunstancias que han llevado al Erizana al borde del fin tras 67 años de historia son similares. La junta presidida por Manuel Goce dimitió el pasado 4 de junio y nadie se ha postulado para sustituirla durante el proceso electoral abierto. Se constituyó así una gestora y este viernes finaliza el plazo para que aparezca alguien que tome el timón. A las 20.30 está convocada una última asamblea en el campo de O Aral y, en caso de que no haya aspirantes, desaparecerá el equipo senior.

Así lo explicó ayer Sergio Pereira, uno de los integrantes de la gestor, quien garantiza la continuidad de las categorías inferiores. "Un grupo de padres se ha mostrado dispuesto a continuar con la escuela de fútbol para que sus 170 niños no se queden sin la actividad, pero sus ocupaciones no les permiten encargarse de todo", señaló.

El tiempo apremia para evitar que Gondomar y Baiona se queden sin equipo de fútbol y los todavía dirigentes hacen un llamamiento a los vecinos. Aseguran que ambos clubes tienen las cuentas en orden e insisten en que "sería una pena" finiquitar dos entidades con tan larga trayectoria. La suerte está echada.