La selección española volvió a ser víctima en el estreno en el Mundial 2018 de una particular maldición en las grandes citas cuando viste de blanco, con su segunda equipación, y tras seis derrotas consecutivas en Mundiales y Eurocopas, encajó un empate ante Portugal.

La última vez había sido víctima de la maldición cerró la exitosa etapa de Del Bosque como seleccionador. Fue en los octavos de final de la Eurocopa 2016, en Saint Denis ante Italia, en una competición en la que ya le había jugado una mala pasada ante Croacia (1-2), en un momento en el que se pensó tener todo hecho para ser primera de grupo y acabó con un cruce duro ante Italia que le mandó a la calle. Como no, de blanco.