En la línea de medias puntas pero caído hacia la banda izquierda, Aleksandr Golovin debutó el jueves con Rusia ante casi 80.000 compatriotas en el partido inaugural. Los ojos de muchos de ellos estaban puestos en su figura, como el mayor talento ruso del momento por delante incluso del más veterano Dzagoev y del delantero Fedor Smolov. Partido en casa, escaparate mundial y en frente una débil Arabia Saudí, era el momento de que Golovin diese un paso al frente y no defraudó. Dominó la creación de peligro de los suyos en la goleada ante un conjunto árabe que tiene todavía menos entidad de la que se le recuerda en sus incursiones mundialistas de los años 90 y comienzos del milenio.

El encuentro aún no llevaba un cuarto de hora de juego disputado cuando Golovin levantó la vista y desde el flanco izquierdo del ataque sirvió un balón perfecto a la cabeza de Yuri Gazinskiy. El 1-0 reflejó que, si los saudíes dejaban pensar al centrocampista del CSKA, estaban condenados. Y no supieron poner remedio a la sangría. En la segunda parte y esta vez desde la derecha, Golovin volvió a servir un gol a la cabeza de Dzyuba, que impuso su altura y no falló. En el descuento, Golovin redondeó su exhibición personal mostrando suavidad y puntería con su pierna derecha y marcando el 5-0 de falta directa.

Lo hizo todo en la parcela ofensiva ante el rival más fácil con el que Rusia se cruzará en este mundial. Aunque solo tiró a puerta en el tanto de falta, su porcentaje de aciertos de pase fue del 71%, siempre en la búsqueda de filtrar balones clave en el área.

La estrella del encuentro, con permiso del "español" Cheryshev, es un medio centro móvil, que tiene una gran conducción y visión de juego. Solo tiene 21 años y ya fue clave en el once tipo que Rusia presentó en la pasada Copa Confederaciones. La importancia de Golovin no está solo en su calidad presente, sino en que recoge los sueños de un país huérfano desde hace años de futbolistas con talento. Rusia es una selección muy débil, que sufrirá contra Egipto y contra Uruguay y que tiene en este mediocentro diestro a su mayor valor para tratar de superar la fase de grupos y por lo menos llegar a unos honrosos octavos de final ante su público.

Campeón de la Euro sub-17

De la generación de 1996, Golovin explotó muy joven, debutando con el primer equipo del CSKA de Moscú en la primavera de 2015. El tramo final de esa temporada disputó siete encuentros ligueros. En la 2015/2016 fue adquiriendo galones con 23 encuentros y tres goles en todas las competiciones y desde la temporada 2016/2017 es ya el jugador creativo titular del gigante moscovita. La última campaña, en la que el CSKA quedó segundo y no pudo con el Lokomotiv, Golovin fue la figura más destacada de su equipo en una línea de cuatro centrocampistas. Junto a él juegan sus también compañeros de selección Mario Fernandes y Alan Dzagoev.

Las noticias sobre el talento de un jugador que había llegado a Moscú desde la remota Siberia se habían extendido entre la afición del país más grande del mundo después de formar parte de la plantilla sub-17 que ganó la Euro de la categoría en el año 2013. Parecía que aquella generación llevaría a Rusia a un nuevo nivel y podría reverdecer los laureles de la época soviética, pero aquel torneo quedó solo en un bello recuerdo y el país de los zares sigue navegando entre la mediocridad futbolística. Es más, si pasa de ronda Rusia ya puede dar por amortizada la participación en "su" Copa del Mundo.