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vela - 420

Un soplo de aire fresco

La plata lograda en Marsella supone un gran refuerzo moral para el vigués Nico Rodríguez y para el barcelonés Jordi Xammar en su objetivo de conseguir la clasificación para los Juegos de Tokio

Nico Rodríguez (izqda.), junto a Jordi Xammar, durante una de las regatas en Marsella. // Alfred Farre

El regatista vigués Nicolás Rodríguez y el catalán Jordi Xammar se han colgado la medalla de plata en la última prueba del año de las World Cup Series, disputada en Marsella.

Más allá de la satisfacción de un podio, esa medalla supone un importante refuerzo anímico para la tripulación de 420, que el próximo mes de agosto disputará el Mundial con el reto de clasificar a España para los Juegos de Tokio.

"Esta plata supone recoger los frutos de todo el trabajo que llevamos realizando porque además no nos estaban yendo las cosas del todo bien, pero esta medalla nos anima a seguir trabajando en la misma línea", dice el vigués.

"En el Europeo estuvimos pelando hasta el final por las medallas y al final en la medal race no pudo ser", explica. "Pero en el resto de regatas finalizamos en puestos algo más atrás que el año pasado y teníamos esa sensación agridulce de que estábamos trabajando duro pero que no estábamos siendo capaces de demostrarlo", reconoce.

La plata de Marsella es "un soplo de aire fresco" de cara al Mundial del próximo mes de agosto en Dinamarca. "Nos da un poco de ánimo, quedan dos meses muy duros ahora y toca trabajar duro para el Mundial", anuncia.

El reto en Aarhus se antoja vital. "Será la primera oportunidad de clasificar al país para los Juegos". "Ese es el objetivo real de este año". Los ocho primeros países, sin contar con Japón (país invitado), obtienen el billete para Tokio.

La pareja australiana formada por Belcher y Ryan, oro en Marsella, se presenta como el rival más importante en la búsqueda de ese billete olímpico. "En el Mundial vamos a estar todos ahí peleando, pero los australianos son a día de hoy los rivales a batir. Tienen una plata y un oro en las dos últimas citas olímpicas y han conseguido cinco mundiales. Obviamente todos nos fijamos en ellos para tratar de descubrir qué es lo que hacen de forma diferente para lograr lo que han logrado. Ellos son, ahora mismo, el estandarte de esta clase", valora Rodríguez.

Nico Rodríguez y Jordi Xammar formaron equipo desde hace un año y medio aproximadamente. Poco a poco van notando la evolución de ambos como equipo. "Hemos mejorado en la compenetración y en la forma de trabajar. Cada uno tiene sus sensaciones y hay que ponerlas en común y eso lleva su tiempo. Aun así, parece que todo está yendo bastante bien", analiza el regatista vigués. "El 420 es un barco muy técnico, sobre todo a la hora de generar velocidad en la regata, en lo que influye el movimiento de ambas partes. Hay que entender muy bien el barco y estar muy compenetrados para dar lo mismo los dos en el mismo momento. Eso es lo que más tiempo lleva, entender la filosofía del barco y, en función de eso, cómo desarrollarlo. Eso es lo realmente complicado".

Pero todavía, de cara al Mundial de Dinamarca, hay muchos aspectos que pulir. "Tácticamente nos estamos encontrando escenarios distintos y no siempre somos capaces de ser regulares", analiza.

Lograr la plaza olímpica para España serviría para dar un paso muy importante de cara al objetivo de estar en Tokio en 2020: "Lo primero es lograr la plaza y luego la Federación dictará cuál es el camino para elegir a la tripulación y habrá que luchar por ello". En concreto, en el Mundial de Aarhus serán tres las parejas españolas en liza.

Nico Rodríguez estaba decidido a abandonar la vela para iniciar un futuro laboral en Holanda como odontólogo. Una llamada de teléfono de Xammar cambió su destino: "Estoy encantado. Estoy haciendo lo que quiero porque este tren solo pasa una vez en la vida y estoy muy orgulloso de haberme subido a él. Luego el tiempo dirá hasta dónde llegamos, pero pase lo que pase yo estaré encantado de haberme subido".

Aunque "todo gira en torno a Tokio ahora mismo, lo realmente importante ahora es el Mundial", anuncia. "Si el Mundial nos sale mal, esta medalla se queda en el olvido. Todavía tenemos mucho que conseguir y queda mucho trabajo por delante. Es un camino duro, pero sarna con gusto no pica".

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