- ¿Qué balance hace de su primera temporada en el Celta B?

- Ha sido una temporada muy positiva, en cierto modo histórica por el hecho de haber conseguido llegar a la segunda eliminatoria de play-off, pero sobre todo estoy orgulloso del trabajo que han realizado los futbolistas, del crecimiento que han tenido y de cómo han sido capaces de mostrarse y ganarse cosas con una plantilla muy renovada. La chicos han dado pasos al frente y es mérito suyo.

- ¿Le molesta haber caído eliminados con un juego tan cicatero por parte del rival ?

- La verdad es que por una parte estamos muy tristes porque el equipo sentía lo que estaba haciendo y realmente creía que podía conseguir el ascenso. Teníamos el convencimiento de que por fútbol les ganábamos y creíamos que podíamos conseguirlo. A medida que pasan los días le das valor a cómo ha llegado el equipo al final, creciendo desde el principio hasta el final. Pero cuando lo has tenido tan cerca, porque no nos hemos clasificado por muy poquito, te queda ese mal sabor de boca. Hemos hecho una eliminatoria increíble.

- ¿Y en cuanto a la polémica actuación del árbitro?

- Bueno, yo creo que lo peor que nos puede pasar es que la actuación arbitral le reste valor a lo que hemos hecho nosotros. No fue una arbitraje acertado, pero me quedo con el valor de todo lo que pusimos y sobre todo de la actitud de mis futbolistas. No hubo ni una mala forma, ni una mala palabra al árbitro. Con todas las acciones dudosas que hubo, ninguno de mis jugadores se llevó una tarjeta amarilla por protestar y en una segunda eliminatoria de play-off esto tiene un valor extraordinario. Tener este control forma parte de la madurez de un futbolista.

- Se queda con lo positivo.

- Que no hayamos visto ninguna tarjeta por protestar me parece muy llamativo cuando otros equipos probablemente acabarían con algún expulsado por el penalti que no te pitan en la segunda parte, porque al final no descuentas y así un sinfín de ejemplos porque en estos casos no es raro que algún jugador le diga algo al árbitro y lo expulsen y nosotros hemos tenido el mérito y el control de no hacerlo.

- El equipo ha dejado el listón muy alto. ¿Cuáles son las expectativas para la próxima temporada?

- Las expectativas son pensar que desde que acabó la eliminatoria estamos pensando en la temporada 2018-19. Pero no podemos dar una valoración de lo que vamos a hacer sin saber lo que vamos a tener ni quiénes vamos a ser. Primero hay que saber quiénes y luego diremos qué podemos llegar a conseguir. Si una cosa buena y mala tienen los filiales es que siempre se empieza de cero o de muy poquito porque, al final, son generaciones diferentes, son futbolistas que cambian, es llegada de gente nueva y eso marca un qué vamos a hacer diferente.

- Intuyo, por lo que dice, que la renovación de la plantilla va a ser bastante importante.

- Bueno, evidentemente va a haber una renovación de la plantilla, pero esta es la parte más bonita de todas. Un poco triste para el entrenador, pero bonita como club. El hecho de que seamos capaces de que el mayor número posible de jugadores estén el próximo año en un nivel superior de categoría, ya sea en el club o fuera, es lo que da sentido real a un equipo filial. Yo al menos lo siento así.

- ¿Cuántos futbolistas cree que pueden abandonar el filial ?

- Pues no lo sé, pero evidentemente hay jugadores que por méritos y evolución propia se han ganado poder dar un salto. Al final es probable que el 50 por ciento del equipo titular no siga. Esa es la gran dificultad de los filiales. En un equipo normal mantienes el 80 o el 90 por ciento de tu equipo titular. Pero cuando estás en un filial lo que cuenta es que los chicos crezcan deportivamente.

- El Celta acaba de anunciar que Kevin y Juan Hernández tendrán ficha con el primera equipo. ¿Ve a algún otro jugador más preparado para dar el salto?

- Hay jugadores que están en el momento de mostrarse. Después tiene que ser el míster del primer equipo y la dirección deportiva los que valoren si realmente pueden estar o no. Pero creo que al menos se han ganado el poder mostrarse.

- ¿Sabe ya cuántos chicos del filial van a hacer la pretemporada a las órdenes de Antonio Mohamed?

- Todavía no. Yo creo que alguno más, pero dependerá mucho de las necesidades de planificación deportiva de la primera plantilla. De lo que incorporen, de lo que no incorporen... Yo bastante tengo con lo mío pero espero que haya varios jugadores que por lo menos puedan mostrarse y que sean los técnicos del primer equipo y el club los que tomen la decisión.

- Pero imagino que usted espera contar la próxima temporada con un equipo lo suficientemente competitivo como para volver optar al play-off

- Aún no lo sabemos. Ojalá. El club, empezando por el presidente, siempre ha mostrado que una de las virtudes que tiene es la ambición. Pero también tenemos que ser realistas. Yo no recuerdo ningún filial que se haya clasificado para jugar tres play-off de forma consecutiva en Segunda B y esto habla de la dificultad de lo que hemos conseguido. Lo peor que puede pasar, lo dijo el otro día Rafa Nadal, es que se le dé normalidad a un hecho extraordinario.

- Pero esto pasa en el fútbol. Cuando un equipo lo hace bien un tiempo la gente se malacostumbra.

- Sí, pero esa normalidad solo la pueden tener equipos grandes como el Madrid o el Barça. El resto tenemos que seguir valorando lo que supone entrar en un play-off o incluso lo que es lograr un octavo puesto. Hay que darle valor a lo que realmente lo tiene.