El piloto Carlos Sainz, ganador del último Rally Dakar en la categoría de coches, ha confirmado que tiene interés en volver a participar en esta competición. "Si corro, correré porque tengo las ganas y la ilusión de pelear por ganarlo y un coche que me lo permita. Si esas condiciones se dan, estaré el año que viene en el Dakar, sino no estaré y tampoco pasará nada", ha abundado.

Así lo ha manifestado en una visita a PSA Peugeot Citroën en Vigo (en el Dakar de 2018 compitió en el equipo Peugeot), donde ha ratificado que ha probado tanto Mini como Toyota de cara al rally de 2019, si bien ha mantenido que "todavía no --sabe-- qué va a pasar". "Si el proyecto es interesante y ofrece garantías de poder luchar por la victoria, desde luego me replantearé el volver, sino seguro que no", ha sostenido.

Sobre estos coches, ha querido ser "prudente", evitando ofrecer una valoración sobre los mismos, y se ha limitado a afirmar que en 2018 "Peugeot estaba a un excelente nivel" y "ha hecho un gran trabajo, por eso las victorias de los últimos tres años". En este sentido, ha elogiado "la robustez" del coche y que, "quitando un pequeño problema con el cambio, el resto ha funcionado como un reloj".

"No ha defraudado. Cuando hace cuatro años me contaron el proyecto, era ambicioso ganar el Dakar con un dos ruedas motrices. El primer año fue duro, hubo que cambiar bastantes cosas en el coche para el segundo año, pero a partir de ahí han sido tres victorias consecutivas de Peugeot con dos ruedas motrices", ha destacado.

De hecho, ha subrayado que, por "lo bien hechos que se hicieron los deberes, la propia organización cambió la reglamentación". "Demuestra que Peugeot aprovechó y leyó bien el reglamento e hizo un coche como no había hecho hasta ahora: un dos ruedas motrices tremendamente eficaz", ha remarcado.

En esta misma línea, se ha congratulado de que este proyecto "ambicioso" finalmente "ha tenido un final feliz, porque este año era la última oportunidad de ganar con ellos". "Peugeot se retira, y hubiese sido duro para mí no haberlo ganado, porque había muchas horas de probar, de estar encima de este Peugeot", ha remachado.

"CORRO PORQUE ME DIVIERTE"

Sainz, que ha indicado que desde su vuelta del último Dakar ha tenido tiempo para descansar, ha argumentado que él no corre "para demostrar nada a nadie ni porque tenga una necesidad". "Corro porque me apetece, porque siento que puedo ganar y porque sigo teniendo la pasión suficiente para hacer los esfuerzos, entrenamientos, la preparación", ha proclamado.

En esta línea, ha agregado que cuando se tiene la pasión que el tiene, "a pesar de ser veterano", la preparación "es dura pero se hace con gusto". Así, ha insistido en que corre porque le divierte y porque cree que tiene "todavía opciones", y ha aclarado que no lo hace por reconocimiento: "Si pudiese correr con un pseudónimo y que nadie me conociese, correría igual".

En este ámbito, cuestionado acerca de hasta cuándo seguirá compitiendo, ha apuntado que su decisión de participar en el Dakar va de "año a año". "Me hago una serie de preguntas y si la balanza cae por el sí, corro; el día que caiga por el no pararé y me dedicaré a otras cosas", ha concluido.

Sainz ha reconocido que el Dakar es una de las carreras más duras por sus características, su duración (tanto en número de días como por las horas que echan cada día en el coche) y por las condiciones en las que se desarrolla. "Las imágenes a veces no reflejan lo duro que es. Pone al límite al coche, al piloto, al copiloto...", ha apostillado.

En este contexto, ha manifestado que una de las cosas que ha aprendido de su participación en esta competición es a "ser mucho más paciente de lo que era" y "a no pensar en décimas como pensaba en el campeonato del mundo de Rallys". "Sobre todo este año, que hablábamos de minutos, y muchos minutos", ha sellado.

Cuestionado también por si entiende que en esta competición influye la suerte, ha comentado que en una carrera "tan larga" siempre interviene algo de suerte, si bien ha aseverado que, incluso pese al mundial de 1998 (cuando su coche se averió a 700 metros de la meta), se considera "un piloto afortunado".

"Le pasan cosas a todo el mundo; soy afortunado, sino no tendría el palmarés que tengo", ha recalcado, agregando que en el Dakar "no necesariamente --se gana-- por suerte, pero sí pasan cosas y hay que mantener el ritmo", ha señalado.

En este sentido, ha comentado que este año si el problema con el cambio le hubiese pasado al principio y no al final, se podría estar hablando de otro resultado.