El Atios lo buscó hasta el final, hasta el último suspiro. Tuvo ocasiones para marcar, pero ayer le faltó esa pizca de suerte necesaria en los momentos claves. Y no llegó. Así el Ourense, con un partido muy serio, sumó el punto que necesitaba para confirmar el ascenso y dejar a los locales en la zona de promoción. Pese a no lograr el ascenso, no hubo decepción y el público premió a los suyos con una enorme ovación por la magnífica temporada.

El azar deparó que en esta última jornada liguera, Atios y Ourense llegasen separados solamente por tres puntos, con el ascenso en juego, en lo que era una auténtica final, tal y como demostraba el aspecto de O Carballo, completamente abarrotado.

El Ourense comenzó dominando el juego, aunque sin excesivo peligro. Los visitantes quería el balón, el tempo del partido, ya el empate les servía. El gol anulado a Vieytes en el minuto 20 por fuera de juego, fue el punto de inflexión para los locales que, llevado en volandas por su afición, se hicieron con el control del partido. El choque era una fiesta en la grada y, como en otras grandes finales, con más emoción que buen juego, al menos en los primeros 45 minutos.

En la segunda parte los de Tizón, que necesitaban la victoria para lograr el ascenso directo, se lanzaron a por el partido, con los visitantes contemporizando. Y así se fueron generando ocasiones. Jony creaba siempre mucho peligro y con la entrada de Cora, el Atios ganó en verticalidad y se crearon ocasiones para desempatar la contienda. Rubio tuvo una oportunidad muy clara en el minuto 60, tras plantarse en solitario ante Pato Guillén, intentó una vaselina y Pablo sacó bajo palos.

Los últimos minutos fueron de verdadero infarto, con el equipo volcado sobre el área del Ourense, y con ocasiones de Rubio, Jony y Cora, y con Sombri (central) actuando como delantero centro, mientras que los visitantes perdían tiempo como podían.

Pero no dio más de sí. Los locales no pudieron poner la guinda a la excepcional temporada.