El campo de O Vao registrará esta tarde un lleno histórico, 19 horas, para presenciar el partido final de la eliminatoria de permanencia. Un partido que decidirá quien es el último conjunto en perder la categoría y descender a Tercera División. Los vigueses llegan con una ligera ventaja tras la igualada a dos tantos lograda el pasado fin de semana en el Romano de Mérida.

A pesar del buen resultado, muchos son los factores que debe tener en cuenta el equipo entrenado por Jacobo Montes para no caer en desgracia. La primera de ella y, posiblemente la más importante, es la de no pensar que todo está hecho tras el empate de la semana pasada. Cometer ese error podría tener consecuencias catastróficas. La idea tiene que ser la de mantener la misma tensión y actitud que la semana pasada en el Romano. Esa presión sobre la salida de balón de los emeritenses le valió dos goles, dejando muy claro el camino a seguir.

Es un partido en donde se pueden dar diferentes escenarios. En un principio se puede esperar a un Mérida que salga con un carácter marcadamente ofensivo ya que necesita marcar para superar la eliminatoria. Evidentemente esta opción podría ser la más beneficiosa para los intereses vigueses, pues con la presión pueden recuperar numerosos balones y el domingo dejaron claro que por las bandas llevan mucho peligro.

Los primeros minutos van a ser claves para conocer por donde puede circular el encuentro. Las opciones son múltiples, aunque el escenario final es el mimos pues los emeritenses necesitan marcar para pensar en la supervivencia, y el Coruxo lo mismo para dejar sentenciada la eliminatoria.

Jacobo Montes, entrenador del equipo vigués, insistía ayer con sus jugadores sobre la importancia de darse cuenta que un gol vale lo mismo en el minuto uno que en el noventa, tratando de hacerles ver de la necesidad de dejar la ansiedad en el vestuario y centrarse en su trabajo.

El equipo cerró la semana de entrenamientos en la mañana de ayer en el campo Federativo de Coia. Participaron todos los jugadores, salvo Juampa Barros que está lesionado. No fue una sesión excesivamente larga, ya que a estas alturas de la temporada todo está trabajado y solamente hay que remarcar diferentes aspecto. Eso sí, la sesión finalizó con una serie de ejercicios en donde se remataba a puerta para poner la mirilla a punto para el choque de esta tarde.

El técnico citó a todos los jugadores en el campo de O Vao una hora y media antes, y en el propio campo facilitará la lista de jugadores convocados para vestirse de corto.

El Mérida se encuentra desde ayer en la ciudad olivica para recuperarse de la mejor forma posible del viaje. Los jugadores entrenados por Mehdi Nafti se ejercitaron ayer tarde en las instalaciones de A Madroa. El técnico emeritense desplazó a la totalidad de jugadores disponibles, aunque mantiene varias dudas que se resolverán en las horas previas al encuentro.

Uno de ellos es Chema Mato, que tiene un golpe en el empeine y todavía tiene molestias. El técnico también tiene las dudas de Germán, que tampoco ha entrenado con normalidad y está pendiente hasta el último minuto. Lo mismo que Iván Pérez, que sufre molestias en un abductor por un resbalón.

Lo que está garantizado es el buen ambiente, pues un centenar de aficionados han viajado desde Mérida para estar con su equipo. Estarán en inferioridad, pues O Vao registrará un lleno histórico pues la afición es consciente del papel que están jugando a lo largo de la temporada y, sobre todo, en los últimos dos partidos disputados lejos de O Vao.

La movilización de aficionados va más allá del simple ámbito de Coruxo, pues un nutrido grupo de seguidores del Arenteiro han anunciado que estarán en O Vao, pues su permanencia en Tercera depende de que el Coruxo se salve. Música, fiesta y buen ambiente están garantizados en un partido cargado de muchos nervios, pero en donde todo el mundo confía en un final feliz.