Rafa Nadal afronta desde este miércoles el torneo de Roma, quinto Masters 1.000 de la temporada que ganó por séptima y última vez en 2013, unas cuentas pendientes que junto a la reciente eliminación en Madrid alimentan su gen competitivo, para volver a ganar y recuperar el número uno en la antesala a Roland Garros.

Tras Montecarlo, Barcelona y Madrid, la gira europea sobre tierra recala en el Foro Itálico camino al Abierto de Francia. La gira que desde 2005 le ha convertido en leyenda caminaba con matrícula de honor este año hasta que topó con Dominic Thiem en cuartos de final de la Caja Mágica. Un Thiem que apunta de nuevo en el horizonte del balear esta semana, que comenzará este miércoles ante el bosnio Damir Dzumhur.

El austriaco dejó la racha sobre tierra de Nadal en 21 partidos ganados y 50 sets sin fallo, un récord histórico de parciales sobre cualquier superficie que superó una marca de 34 años de John McEnroe, en moqueta (49). Como estreno de la temporada pese a tratarse del mes de abril, el de Manacor se tomó un perfecto aperitivo de dos puntos en la Copa Davis, avasalló en el Principado y sumó otros 11 títulos en la Ciudad Condal.

Nadal recuperó con fiereza el tiempo perdido, tres meses sin poder jugar por la lesión muscular que le retiró en Australia. Sin embargo, en Madrid, donde la fusión de su juego y su aureola de rey de la tierra con la afición española le hace aún más temible, la defensa del título topó con un Thiem agigantado, en un clásico del último año con seis bonitos capítulos (4-2, para el español).

Precedentes

El austriaco está en las dos últimas derrotas de Nadal en tierra, la del año pasado en Roma y la de Madrid que cerró el círculo. Ahora, el sorteo del cuadro italiano, que en tercera ronda podría citarle con el joven canadiense Denis Shapovalov, de nuevo le pone a Thiem como posible obstáculo en cuartos, dejando para semifinales a Novak Djokovic, si logra dar el paso que busca para volver a estar entre los mejores, o quizá John Isner.

Para empezar, Nadal tendrá que sacudirse el mal recuerdo de la cita madrileña y coger carrerilla a costa del bosnio Dzumhur.