El Coruxo ya no depende de sí mismo para salvar la categoría. La derrota de ayer ante el Fuenlabrada deja al equipo entrenado por Jacobo Montes en puestos de descenso a falta de una jornada para la conclusión del campeonato liguero. Las cuentas son claras y todo pasa por ganar en Madrid al San Sebastián de los Reyes. Sin se produce ese resultado, los vigueses deberán esperar un tropiezo del Toledo ante el Deportivo Fabril para, por lo menos, asegurarse el "play out" y si el Pontevedra no se impone en el Cerro del Espino al Atlético de Madrid B conseguirían la salvación. Pero todo pasa por ganarle al Sanse, que se juega una mínima opción de clasificarse para la próxima edición de la Copa del Rey.

A Jacobo Montes, entrenador del Coruxo, le queda una dura tarea para la próxima semana, puesto que tiene que recuperar a un equipo que anímicamente ayer estaba hundido. A pesar de lo crítico de la situación, los jugadores del Coruxo deben pensar que todavía les queda una bala que deben aprovechar.

En lo que se refiere al encuentro, fue un partido extraño. El equipo vigués salió fuerte, presionando a un Fuenlabrada que se encontraba cómodo replegado, aprovechando la mayor envergadura de su defensa. También es cierto que el conjunto local, a pesar de tener el balón, se limitaba a colgar balones al área para ver si alguien aprovechaba algún rechace para abrir el marcador.

Pero con el paso de los minutos, el partido comenzó a desequilibrarse. El Fuenlabrada se dio cuenta que a la contra podía hacer mucho daño, y en la primera llegada al área viguesa rompió la igualada inicial. El balón cayó al área, Alberto Domínguez evita el tanto, pero al despejar la defensa el balón cae a los pies de Hugo Fraile, quien de un potente disparo ajustado al palo rompe la igualdad inicial.

El tanto dejó muy tocados a los vigueses, que dos minutos más tarde veían cómo una pérdida de Mario, en campo propio, le permitía a Dioni plantarse delante de Alberto Domínguez -ayer uno de los más destacados del equipo vigués-, quien logró despejar el balón a córner. Un saque de esquina que acabó con un remate de cabeza a Arruabarrena que se estrelló en el poste.

El partido estaba en un momento crítico y, sobre todo, totalmente controlado por un Fuenlabrada que, haciendo lo justo, mandaba en el marcador de O Vao.

Tras el paso por el vestuario, Jacobo Montes metió a Fer Beltrán por delante de la defensa, bajando a Antón al centro de la zaga y dejando a Mario en el vestuario. El Fuenlabrada, a lo suyo, dejando que los vigueses tuvieses la posesión del balón, pero que se frenaban cada vez que llegaban a la frontal del área, pues los madrileños continuaban muy juntos en defensa, impidiendo que los locales encontraran huecos por los que crear peligro.

De hecho, Pol apenas tuvo trabajo durante todo el encuentro, y el poco que tuvo llegaba a través de disparos desde lejos que no entrañaban mayor problema.

Lo que seguía siendo claro es que las contras del Fuenlabrada llevaban mucho peligro. Sin embargo, la sentencia llegó en una jugada a balón parado, tras el saque de un córner, en donde apareció Vicente en el primer palo para rematar a placer y matar el partido.

Los minutos que restaban hasta la conclusión del encuentro pasaron sin pena ni gloria, puesto que el Fuenlabrada seguía firme en defensa y el Coruxo era un querer pero no poder.