"Siempre es bonito recordar", dice José Antonio Beiro, presidente de un Amfiv que ayer celebraba el primer aniversario de la consecución de la Copa Challenge de baloncesto en silla de ruedas. Pero su voz esconde preocupación porque aquella alegría desatada después de la final del torneo continental disputada en el Pabellón Pablo Beiro se ve ahora empañada por la difícil situación económica que atraviesa el equipo. Una situación que incluso pone en peligro su futuro.

En su balance de este año, José Antonio Beiro relata una realidad difícil de explicar. "Este año parece que se acabó mal por no poder meternos en la Final Four, pero eso no puede empañar la temporada que hicimos, sobre todo cuando el objetivo no era estar ahí ni mucho menos", apunta. "Al principio de temporada nos vimos solo con cinco jugadores por la lesión de Julio Vilas y los problemas que tuvimos con el jugador inglés (Abdi Jama), que finalmente no pudo venir", relata.

"El objetivo era no meternos abajo, no descender, pero ves que van pasando las jornadas y te ves ahí arriba y la verdad es que ha sido increíble. No se puede hablar de fracaso ni mucho menos, todo lo contrario", dice con una mezcla de orgullo y desazón, lo que le hace analizar la situación desde un punto de vista muy realista. "Es cierto que llevamos dos temporadas muy buenas, pero hay que recordar que hace tres temporadas nos jugamos el descenso. Hay que ser conscientes del club que somos y de los medios que tenemos", subraya el dirigente.

Una vez concluida la Liga, empieza un auténtico calvario para intentar pensar en el futuro. "Es un poco incierto. No sé cómo hacen los otros equipos, la verdad, porque cada vez se exige mayor presupuesto. Nos está costando muchísimo encontrar respaldo económico y ahora lo que nos ocupa el cien por cien de nuestro tiempo es intentar encontrar a empresas privadas interesadas en nuestro proyecto".

Y es que Beiro advierte de lo difícil que será seguir adelante sin respaldo económico. "Sin un patrocinador es imposible estar compitiendo. Lo estamos pasando mal y el año que viene va a ser duro y difícil porque si no aparece nadie probablemente sea el último. No podemos seguir soportando esto", anuncia.

"En Vigo tenemos varios ejemplos de clubes que quisieron mantener un ritmo que era imposible y vimos cómo acabó todo", advierte. "Nosotros este año ya nos hemos reunido con todas las administraciones y ya les hemos expuesto el problema que hay, con los números en la mesa. Estamos perdiendo dinero cada año y o viene alguien en nuestra ayuda, que nos rescate, o es imposible. La liga se está profesionalizando cada vez más y no podemos seguir el ritmo económico de la competición", se lamenta.

Así que, por ahora, no ha podido sentarse con los jugadores para planificar la próxima temporada. "Lo lógico sería que ya casi tuviésemos la plantilla medio cerrada o que ya estuviésemos hablando con jugadores, como lo están haciendo ya otros clubes. Además, al hacer buenas temporadas los otros equipos se fijan en nuestros jugadores. No hay margen de maniobra y llegas tarde a las negociaciones", se lamenta el dirigente.

Para Beiro, se antoja complicado "planificar un futuro cuando el futuro no existe casi". "Como no sabemos qué podemos ofrecerles, no hemos empezado a hablar. Estamos hablando con un par de empresas de las que esperamos noticias en las próximas fechas y, en base a eso, intentaremos por lo menos garantizar el presupuesto mínimo para salir en División de Honor. Una vez que lo tengamos, empezaremos a hablar con la gente. No queremos prometer ni ofrecer lo que no tenemos", esgrime un dirigente que celebra un aniversario "agridulce". "Ojalá algún día podamos volver a competir en Europa y a volver a organizar un torneo así", dice con orgullo.