El Coruxo dejó escapar una gran oportunidad para encarrilar la permanencia después de caer por la mínima en casa del penúltimo clasificado, un Toledo que se llevó el triunfo gracias a un solitario tanto de Joni Montiel nada más comenzar la segunda mitad. El conjunto vigués, pese a buscarlo con más corazón que cabeza, no encontró el gol del empate y después de los resultados de la jornada se mantiene en la decimosexta posición de la tabla, con 40 puntos, y en zona de promoción de descenso.

El encuentro comenzó con dos escuadras bien plantadas sobre el rectángulo de juego, siendo la de casa quien se apoderó del esférico en sus primeros compases. El equipo de Miguel Falcón, sin embargo, vio cómo la primera clara aproximación llegaba por parte visitante. Fue un tras un centro desde la banda que Mateo remató de cabeza para que Alcolea, con apuros, lograra evitar el que podría haber sido el primer gol de la tarde.

Llegaba el cronómetro al cuarto de hora con ambos jugándose mucho, algo que causó muchas imprecisiones en ambos bandos. La idea del Coruxo parecía clara: dejar que el Toledo se hiciera con el balón, pero buscar en alguna contra sorprender y ponerse por delante. Una estrategia que no funcionó, si bien es cierto que defensivamente la zaga viguesa apenas cometía errores. En el minuto 29, Ayub, tras un pase de Aldalur, buscó sorprender a Alberto, pero despejó la defensa.

Siguió buscando el gol el conjunto toledano, esta vez con un lanzamiento de falta desde la frontal del área de Joni Montiel que se marchó alta. La réplica llegó a nueve minutos del receso con un disparo de Mateo que, tras burlar un zaguero local, vio cómo lo detenía con seguridad Alcolea. Antes del descanso hubo tiempo para que Reyna pudiera romper la igualada, pero la zaga del Coruxo se mostró seria y le arrebató el cuero cuando se disponía a chutar.

El segundo acto no pudo comenzar peor para los jugadores de Rafa Sáez, que vieron cómo el Toledo abría fuego nada más salir de la caseta. Un centro por la izquierda de Reyna lo remató De Lerma, lo rechazó la retaguardia viguesa y el balón llegó a Joni Montiel, que con un potente disparo superó a Alberto para desatar la locura entre la hinchada manchega. El tanto sentó como un jarro de agua fría al Coruxo, que a partir de entonces trató con más corazón que cabeza empatar la contienda.

El gran problema que se encontraron los vigueses fue su espesura a la hora de hilvanar acciones que pudieran sorprender a Alcolea, un lastre que les acompañó desde el mismo momento en el que se propusieron poner el 1-1 en el tanteador. Para más inri, el Toledo tampoco renunció a ampliar su ventaja, como en una ocasión en el 52 en la que Reyna se durmió en los laureles. Diez minutos más tarde, Higón lo probó con un disparo que se marchó por encima del larguero.

La respuesta llegó con un balón colgado por Reyna que Charly Rodríguez, con la testa, mandó demasiado arriba. Pasaban los minutos, el Coruxo dominaba el juego en el centro del campo, pero con ataques demasiado previsibles y fácilmente defendidos. En cambio, cada vez que llegaban al área los toledanos lo hacían con sensación de poder ampliar su cuenta goleadora, como sucedió en el tramo final del choque.

Y es que el Toledo contó hasta con tres opciones de ponerse situar el 2-0 en el electrónico, algo que no hizo por el mismo mal que acechaba a su rival: la pólvora mojada. Charly, tras un centro de Romagnoli, desperdició la primera por culpa de un paradón de Alberto, que mantuvo con vida a los suyos hasta el final. El propio Romagnoli, hasta en dos ocasiones más, volvió a toparse con un guardameta visitante que despejó a córner los intentos del argentino. La inoperancia del Coruxo en el capítulo ofensivo privó a los vigueses de, al menos, salvar un empate. Tocará sufrir.