Jorge Lorenzo (Ducati Desmosedici GP18), triple campeón del mundo de MotoGP, presentó en Madrid su segundo libro, "escrito ciento por ciento, desde la primera a la última palabra" por él y, si bien comenzó diciendo que no hablaría de la disputa entre Valentino Rossi y Marc Márquez, al final lo acabó haciendo y aseguró que "el árbitro tiene que ser severo y riguroso a la hora de mostrar las tarjetas".

"En un deporte de riesgo como es el motociclismo, el árbitro tiene que ser severo. En el fútbol lo es y no es un deporte tan peligroso", afirmó el piloto natural de Palma de Mallorca. "Creo que en las motos Dirección de Carrera tiene que sancionar las acciones peligrosas que pueden dañar a los demás pilotos, ya que si el árbitro no saca tarjetas amarillas y rojas, el jugador a la siguiente jugada entra más fuerte y así sucesivamente", aseveró Lorenzo en calar alusión a una "necesaria" sanción.

Y para corroborar sus palabras, Jorge Lorenzo puso un ejemplo: "Cuando empecé en el mundial, tanto en 125 c.c. como en dos y medio, era un piloto muy agresivo, irreverente, que no se lo pensaba dos veces a la hora de adelantar a otros pilotos y eso me causaba problemas no sólo a mí, sino a mis rivales".

"Recuerdo Japón en 2005 -continuó el triple campeón mundial de MotoGP- que durante toda la carrera fui muy agresivo, sobre todo en la última vuelta, me toqué con Pedrosa y a la desesperada intenté una adelantamiento doble a Pedrosa y Alex de Angelis que acabó en caída, tanto De Angelis como yo, por mi culpa, y Dirección de Carrera decidió sancionarme con un gran premio de castigo".

"Me perdí la siguiente carrera de Malasia y, a partir de ahí, se vio a otro Jorge Lorenzo, porque sí es verdad que tuve algún que otro encontronazo a lo largo de mi carrera, que ya es larga, pero desde ese momento se convirtió en algo mucho menos habitual", reconoció.