La noche de Bahrein dejó notas mágicas tras una carrera plena de tensión, disputada tanto en la pista del circuito de Sakir por los pilotos como por sus analistas en los puentes de mando de las distintas escuderías. La segunda cita del año pareció por momentos una partida de ajedrez en la que los equipos sacrificaban plazas confiando en un mejor rendimiento de los neumáticos en el tramo definitivo.

Notas mágicas que al final dejaron como puntos más sobresalientes la victoria de Vettel, la segunda del curso para el alemán de Ferrari, aguantando de manera épica el achuchón final del finlandés Bottas con el Mercedes; el cuarto puesto del joven francés Pierre Gasly, inmenso todo el fin de semana con el Toro Rosso rearmado con el motor Honda, y el séptimo final de un Fernando Alonso que, al igual que un Hamilton que completaba el podio tras Vettel y Bottas, ganaba nada menos que seis posiciones respecto a la posición de la parrilla. El asturiano salía decimotercero y el británico lo hacía noveno.

Ganó Vettel para redondear su gran premio número 200 en el "Circo". Un Vettel que, con dos victorias en dos carreras, reafirma así su candidatura para desbancar a Hamilton y la de Ferrari para superar a Mercedes, afianzando su liderato el frente de la tabla ya con 17 puntos de ventaja sobre el campeón vigente. Supo el alemán gestionar con finura los neumáticos para alargar su vida y aguantar con la vista fija en el retrovisor el empuje de los chicos de Mercedes.

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Vettel, Button y Hamilton, así como Raikkonen mientras estuvo en pista, evidenciaron el claro dominio de Ferrari y Mercedes sobre el resto de la parrilla, mientras Red Bull vivía una nueva jornada negra quedando sus dos pilotos fuera de carrera y ambos en la segunda vuelta, con segundos de diferencia. A Ricciardo se le fundieron literalmente los plomos de su monoplaza y Verstappen pagaba su sangre excesivamente caliente con un topetazo con el Mercedes de Hamilton del que además de responsable salió el peor parado.

Del potencial de Mercedes baste reseñar lo ocurrido en la quinta vuelta, en la que Hamilton daba cuenta de tres pilotos en la misma recta superando al McLaren de Alonso, al Renault de Hulkenberg y al Force India de Ocon. De la acción del campeón vigente sacó tajada otro campeón como Alonso, que aprovechó el rebufo para dar cuenta también de Ocon y recuperar la octava plaza en la que se había instalado tras realizar una gran salida, eludiendo coches y toques a izquierda y derecha, mejorando cinco posiciones en el giro inicial.

Tras conseguir la quinta plaza el sábado en la parrilla, el joven francés Pierre Gasly se vió beneficiado por los abandonos de Ricciardo y Raikkonen mientras en pista sólo cedía ante el empuje de Hamilton para finalizar en una extraordinaria cuarta plaza que se celebró en el garaje de Toro Rosso más que en el de Ferrari la victoria de Vettel. Tenían sobrados motivos para ello. Gasly sumaba así sus primeros puntos en el campeonato y lograba la mejor clasificación del motor Honda de los cuatro últimos años, cuando el tope estaba en los quintos puestos de Fernando Alonso. No adelantó a nadie el piloto galo, pero tampoco lo necesitó. Una buena táctica y una conducción sin errores le convertían en la gran sorpresa de la jornada.

¿Y Alonso? Pues sacó una vez más petróleo de donde nadie esperaba. Saliendo desde la mitad del pelotón fue sorteando obstáculos en la vuelta inicial para ascender posiciones. En la octava rodó la mayor parte de la carrera, para hacerse finalmente con la séptima al superar a doce del final a un Ericsson que también se ganó aunque sólo fuera una pequeña referencia en la historia del "Circo". Y es que el sueco, noveno tras salir decimoséptimo, conseguía los primeros puntos para Alfa Romeo desde que el italiano Riccardo Patrese finalizaba sexto en el GP de Europa de 1984.