Objetivo cumplido. Se tardó quince años, pero Porriño vuelve a tener un equipo de baloncesto masculino en categoría nacional. Fue una tarde de fiesta, con un pabellón completamente lleno y un partido en el que los jugadores entrenados por Jenaro Alonso se lucieron ante un rival que ofreció muy poca resistencia.

Ahora comienza lo más duro, que no es más que lograr el presupuesto necesario para que lo que se ganó en la cancha no se pierda por falta de respaldo económico. Porriño no puede perder la oportunidad de volver a ser el referente del baloncesto masculino en el sur de la provincia.

En lo que al partido se refiere, muy poco hay que contar. Es cierto que la presión pudo con los porriñeses en los primeros minutos de juego. Las primeras jugadas de ataque no salían y las diferencias en el marcador eran mínima. Pero solo fue un espejismo. El equipo se encerró en una defensa en zona que aburrió a los coruñeses, que acabaron desesperados. Hecho lo más complicado solamente faltaba correr a la contra y coger desprevenidos a los rivales. Además, el equipo cogió carrerilla desde la línea de triples y una y otra vez machacaban al rival. Al final del encuentro anotaron diez triples.

Al descanso ya estaba todo visto para sentencia, 42-16. Noia no ofrecía resistencia y no había forma de parar a unos jugadores que acabaron el partido saltando y gritando en el centro de la pista ya que se habían sacado una espina de encima y por fin habían logrado en tan ansiado ascenso de categoría.

Concluido el encuentro, la pista de juego se transformó en el epicentro de la fiesta en donde, como no pudo ser de otra manera, no faltó el cava para celebrar el éxito.

Tui Seta, a la final a cuatro

En la lucha por la clasificación para la final a cuatro hubo para todos los gustos. El Tui Seta se imponía al Xiria por 71-63, con lo que lograba su clasificación matemática. Por su parte, el Intremar Vigo caía ante el Baloncesto Cambre por 67-86 y se jugará su clasificación para la fase el próximo fin de semana ante el Calvo Basket Xiria.