La Vig-Bay congregará el próximo domingo a unos 5.000 atletas en la línea de salida de Samil, pero todos ellos recibirán el apoyo de un gran número de familiares y aficionados que se agolparán durante el recorrido para dar aliento a los valientes que se decidan a completar los 21 kilómetros que unen Vigo y Baiona.

Para seguir la carrera hay varios puntos clave, de mejor acceso y visibilidad, que año tras año atraen a multitud de personas que quieren animar a sus familiares o amigos, o simplemente disfrutar del espectáculo de una de las carreras más importantes de Galicia.

De este modo, Samil, donde se ubica la salida, es un punto clave. Muchos quieren acompañar a los corredores hasta el último momento. Aprovechan para compartir las horas y los nervios previos al pistoletazo de salida, e incluso recogen ropa y pertenencias de los corredores que quieren disputar la prueba ligeros de pertenencias.

Muchos optan por salir a toda prisa de Samil y toman la circunvalación para desplazarse a Baiona para esperar en la meta la llegada de los corredores. El corte de tráfico impide ir detrás del pelotón, así que tendrán que optar por esta vía si quieren acabar la jornada en Baiona.

Algunos, se sitúan en Canido, para ver la dura subida que tendrán que afrontar los atletas. Aquí la carrera aún se encuentra en sus inicios y el pelotón suele ir todavía compacto.

La zona de Playa América también se abarrota. Además de avituallamiento, los corredores reciben el aliento de los aficionados en un punto donde las fuerzas ya empiezan a fallar a más de uno. Al dar la vuelta al pabellón, al ver pasar dos veces a los corredores, se aglutina un buen número de aficionados para aplaudir y seguir de cerca la situación de la carrera. En este punto ya se empieza a saber, más o menos, qué atletas van a disputar la victoria.

Ramallosa es otro sitio donde se ubica una gran cantidad de público. Se trata de una zona de fácil acceso pese a las restricciones de tráfico y con mucho espacio para poder seguir la carrera.

El último kilómetro de la carrera, desde la entrada a Baiona, también acoge siempre un ambiente espectacular. Allí espera todo el mundo que quiera presenciar el fin de fiesta. La villa acoge luego durante toda la jornada una gran afluencia de gente que, si el tiempo acompaña, suele quedarse a pasar el día.