Maximiliano Gómez González (Paysandú, Uruguay, 14 de agosto de 1996) contribuyó con 11 goles y 3 asistencias a que Defensor Sporting ganase el Torneo Apertura 2017, pero apenas tuvo tiempo para disfrutar del título. Nueve días después se anunciaba su fichaje por el Celta, en el que forma la segunda mejor pareja de goleadores de LaLiga con Iago Aspas. Pero además de los goles, el delantero charrúa ha demostrado que domina el juego de espaldas y que mejora en la conducción del balón y en el desborde fuera del área, apareciendo como un consumado asistente.

Su incidencia en el juego del equipo es enorme, pues a su poder rematador con ambas piernas y la cabeza añade la pelea constante con la defensa rival. Es uno de los más amonestados de LaLiga (suma 9 tarjetas amarillas), pero también es de los que más faltas recibe (69, que le llevan a ser tercero del torneo).

Al llegar a Vigo, Maxi Gómez explicó que había continuado entrenando en su país para bajar peso y prepararse a fondo para afrontar en las mejores condiciones físicas (es propenso al sobrepeso) el reto de jugar en la mejor liga del mundo, donde competiría con su gran ídolo: Luis Suárez.

El Celta, por su parte, apuntaba tras la incorporación del futbolista uruguayo que un equipo inglés estaba dispuesto a ficharlo por casi lo doble de lo que le había costado: 4,3 millones de euros por el 80 por ciento de los derechos federativos del jugador, que aprovechó la lesión de Guidetti para hacerse con la titularidad como delantero centro y reivindicar con goles su permanencia en el once de Unzué. Solo se ha perdido un partido, por sanción.

En Uruguay también valoraron lo realizado por Maxi en el Celta y el seleccionador nacional le dio la oportunidad de debutar con la celeste y ya es un fijo en el equipo nacional, que prepara el Mundial de Rusia, donde el céltico quiere destacar como lo está haciendo en Vigo, donde es uno de los futbolistas imprescindibles para Juan Carlos Unzué.