La selección española de balonmano comienza esta tarde (18.15 horas/Teledeporte) su andadura en el Campeonato de Europa que acoge Croacia desde ayer y hasta el próximo 28 de enero con el choque teóricamente más sencillo de la primera fase ante la República Checa.

Casi un año después de caer eliminados en los cuartos de final del Mundial de Francia, España intentará volver a codearse con lo mejor del balonmano en busca de una nueva medalla continental, la séptima de su historia, y con la credencial que le da ser el actual subcampeón.

La tarea no se presenta sencilla para los de Jordi Ribera, con más tiempo para preparar esta cita que la anterior cuando apenas tuvo tres meses. Ahora, el catalán espera que el mayor conocimiento eleve el nivel de un equipo siempre destinado a brillar en un deporte donde la igualdad es máxima.

Además, pese al revés de 2017, el seleccionador ha confiado en el bloque con el que trabajó en Francia, añadiendo algo más de juventud con la inclusión de Dani Dujshebaev, campeón del mundo con el combinado junior el pasado verano y que aumenta la saga junto a su hermano Alex, y la del extremo Ferrán Solé, que ha dejado fuera a un habitual como Víctor Tomás.

La preparación desarrollada en el Memorial Domingo Bárcenas que se disputó en Pontevedra y Vigo ha dejado buenas sensaciones pese a no medirse a rivales extremadamente potentes como Bielorrusia (35-30), Argentina (31-28) y Polonia (35-22), donde el trabajo ofensivo ha destacado. Sin embargo, en una doble confrontación con Alemania, actual campeona europea y a la que ganó uno de los dos amistosos en suelo germano de finales de octubre por 24-26.

Sin embargo, al contrario que un Mundial, donde hay rivales más asequibles de otros continentes, el Europeo no da margen para probaturas por lo que los 'Hispanos' deberán tener la mejor puesta en escena posible y evitar los nervios que puedan acarrear el debut y que puedan favorecer a una República Checa que parece inferior. El objetivo es pasar a la segunda fase con el máximo de puntos y eso pàsao por no fallar en este debut ni ante Hungría, de cara a llegar bien colocado para el choque contra la siempre potente Dinamarca.

El combinado checo, de todos modos, fue capaz de dejar fuera en la fase de clasificación a una Islandia que había estado en los últimos grandes torneos y logró el pase junto a una Macedonia a la que también batió con cierta claridad (35-27).