El Coruxo se ha metido en un buen lío. Cumplido el primer tercio del campeonato, el equipo vigués sigue sin ser capaz de reaccionar, agravando una racha negativa con un balance de cinco puntos de los últimos veinticuatro disputados (uno de los doce últimos).

Rafa Sáez no pudo contar finalmente con Campillo, con molestias en la rodilla. El técnico volvió a confiar en Antón para ocupar el centro de la defensa, moviendo a Crespo al lateral que habitualmente ocupa Campillo.

El partido de ayer arrancaba con un Coruxo mucho más metido en el partido. Es cierto que no se generaba excesivo peligro ante la meta rival pero, por lo menos, había presión en la zona de creación de rival y se recuperaban varios balones que permitían montar las contras.

No tardaron los vigueses en darse cuenta de los problemas que podía generar Salomon, un punta de color que cada vez que cogía el balón ponía en serios aprietos a la zaga viguesa. No fue una primera parte vistosa, pero por lo menos fueron unos primeros cuarenta y cinco minutos en los que se vio a un Coruxo aguerrido y con tensión. Solo faltaba el gol, pero eso no es algo nuevo y es con lo que están aprendiendo a vivir.

Las mejores oportunidades del partido llegaban en lejanos disparos, que a penas inquietaban a los dos guardametas, que durante los primeros cuarenta y cinco minutos de juego fueron poco menos que espectadores de privilegio del encuentro.

Sin embargo la segunda parte fue una historia completamente diferente. El Atlético de Madrid B dio un paso al frente. Ajustaron la defensa, adelantaron la línea de creación del medio campo y los hombres de la zona delantera presionaban la salida de balón de los vigueses. Pero a los cuatro minutos llegó una jugada que marcó el desarrollo del encuentro. El colegiado del encuentro para el partido al estar un jugador del Atlético de Madrid en el suelo, y en lugar de hacer un bote neutral le da el balón a los colchoneros, finalizando la jugada en el gol de Manny, que remató solo.

Fue un jarro de agua fría para los vigueses, que se fueron arriba para buscar la igualada, pero sin acordarse de la velocidad de Salomon que montó una contra que en la que habilitó a Solano, que batió por bajo a Alberto Domínguez. Un duro golpe para los vigueses, que vieron cómo las dos primeras llegadas del filial acabaron con dos goles.

A partir de ese momento todo fueron prisas. En un primer cambio, Rafa Sáez ordenó una defensa de tres centrales, sacando a Rafa Mella del lateral para meter a Silva en punta de ataque. Por primer vez en la temporada, el Coruxo jugaba con dos delanteros natos, y dos minutos más tarde Silva peinaba el balón para que Higón recortara diferencias. Faltaba poco menos de media hora, y el Coruxo volvía a estar en el partido. Sáez apostó fuerte, u le dio entrada a Fer y Pibe, dejando la zaga con dos defensas puros, ayudando Higón y Juampa en los laterales. La situación era peligrosa, pues todos los esfuerzos se centraban en ataque, pero teniendo mucho cuidado con las subidas de Salomon, que se convirtió en una pesadilla.

Al final, derrota de un Coruxo que en un momento se vio con dos goles en contra y no fue capaz de reaccionar ante un Atlético de Madrid B que apareció en ataque en el momento preciso. Malas sensaciones la de los vigueses, que no llegan en un buen momento al derbi del domingo.