Joaquín, con dos goles, dio al Real Betis la segunda victoria de la temporada, ambas en el Benito Villamarín, en esta ocasión ante el Deportivo, que sigue perdido y sin saber lo que es ganar en lo que va de campeonato. El conjunto local, sin hacer un gran partido, sí fue el que puso más sobre el terreno para llevarse los puntos, ya que los visitantes arriesgaron poco.

Pepe Mel, quien fue muy bien recibido en el Benito Villamarín por su pasado como futbolista y entrenador bético, tuvo que escuchar estos días críticas tras cerrar los tres primeros partidos con un solo punto y nueve tantos encajados.

Fue el equipo verdiblanco el que desde el inicio quiso despejar incertidumbres y apretó con Guardado, ex del Dépor, como protagonista en el centro del campo y mucha movilidad por todo el campo.

Antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora llegó el premio al mejor juego del Betis ante un equipo el gallego que no estuvo bien y que vio cómo un remate del delantero Sergio León no fue bien bloqueado por el meta rumano Costel Pantilimón, quien debutaba en la liga en este encuentro, y Joaquín, de cabeza, remachó.

El 1-0, sorprendentemente, le restó estabilidad a la formación sevillana, que dejó de controlar el juego. El Deportivo hizo sus primera aproximaciones y también con mucha efectividad. Un zapatazo de Celso Borges desde el borde del área fue repelido por el larguero y en la misma jugada el balón llegó a Fede Cartabia, quien disparó fuerte y cruzado, imposible para Adán.

En la segunda parte, pronto el colegiado navarro Alberto Undiano Mallenco pitó un penalti por derribo al lateral Riza Durmisi, pero un asistente le indicó que el danés se había tirado y rectificó su decisión y le mostró tarjeta al bético.

Ese lance pareció desorientar un tanto al Betis en su intento de llevar el peso del partido aunque el Deportivo tampoco tuvo la fe suficiente para irse arriba a por un segundo gol.

Empezó así a verse un partido que transcurrió a impulsos pero también con la sensación de que el equipo local puso algo más para llevarse los puntos, aunque corriendo riesgos. En esas, Guardado robó un balón en su campo y avanzó rápido para ponérselo bien a Joaquín. Éste, también con precisión, logró el 2-1 entrado ya en el último cuarto de hora del choque, lo que fue definitivo.