El italiano Matteo Trentin ofreció la segunda victoria al Quick Step al anotarse con autoridad al esprint la cuarta etapa de la Vuelta disputada a través de 198,2 kilómetros entre Escaldes Engordany (Andorra) y Tarragona, en la que el británico Chris Froome (Sky) mantuvo el jersey rojo de líder.

Trentin, de 28 años, acudió puntual a la cita de los velocistas. En Gruissan puso en bandeja la etapa a su compañero belga Lampaert, en la vieja y romana Tarraco el emperador fue él mismo, imbatible en la recta de meta, donde anuló el sueño del español Juan José Lobato (Lotto Jumbo), segundo clasificado.

Un desenlace previsible que supo aprovechar Trentin, un corredor habituado a lanzar a los grandes esprinters del equipo, como el Kittel, pero en ausencia del alemán se ha lucido con su primer triunfo en la Vuelta, que añade a sus dos triunfos en el Tour y uno en el Giro. Este año ya asomó levantando los brazos en la Vuelta a Burgos.

Día de sol, calor y transición para los gestores de la general que no sufrieron un ápice con una escapada inocua y controlada que marcó el trayecto desde Andorra a Tarragona. Chris Froome, después de presentar credenciales en el Principado, retuvo la roja sin sobresalto alguno. Mantuvo los 2 segundos de ventaja sobre el español David de la Cruz (Quick Step) y el irlandés Nicolas Roche (BMC).

El esprint llegó muy desordenado, con los "guepardos" en primera línea. Juanjo Lobato olió la presa y soltó un ataque lejano en busca de la sorpresa. Agarró unos metros, pero el gaditano no contaba con la reacción de Trentin.

Una vez que respondió el italiano de Borgo Valsugana (Trento) se confirmaron los peores presagios para el español emigrado al Lotto Jumbo. Le pasó como un avión. Trentin fue el emperador. El día de los esprinters, en vísperas de más montaña.

La quinta etapa se disputa hoy entre Benicassim y Alcossebre, con un recorrido de 175,7 kilómetros, jornada de media montaña con cinco puertos y final en la Ermita de Santa Lucía, un ascenso de 3.4 kms al 4.2 por ciento de desnivel.